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La alarma del pelinegro sonó, haciendo que regresara a la realidad y dándole a entender que el primer recreo iba a comenzar en veinte minutos.

Se levantó de la escalera y entró al Instituto dirigiéndose a las máquinas expendedoras que se encontraban en la cafetería, compró unas galletas para después dejar su mochila en uno de los tantos asientos de aquel lugar y sentarse en la silla de al lado.

Suspiró sin poder dejar de pensar en la situación de hacía unas horas. A pesar de no haber tenido la atención de su padre por varios meses, le quería, y confiaba en él.

Y por supuesto nunca se habría imaginado que haría algo así.

No le juzgaba por el hecho de estar con otra mujer, al fin y al cabo sabía que toda pareja podía separarse en cualquier momento. Pero el hecho de que lo hubiera escondido le molestaba; y aunque le doliera, habría preferido que les contara, tanto a él como a su madre, sobre aquella mujer antes de hacer nada.

Se sorprendió cuando tiempo después alguien le abrazó por el cuello desde atrás y dejó un casto beso en su mejilla. No pudo evitar dejar ver una pequeña sonrisa al saber de quien se trataba. Apoyó sus manos sobre las del pelirosa y dejó un casto beso en estas.

-El bello durmiente ha aparecido por fin- dijo Taeyong dejando un casto beso en la cabeza de su novio para después sentarse a su lado -Debo admitir que pensé que no vendrías- dijo poniendo un mechón de pelo detrás de la oreja del pelinegro -¿Acaso te has peinado antes de venir?- preguntó soltando una pequeña risa.

-No me ha dado tiempo- se quedaron en silencio por unos segundos mientras Taeyong le peinaba -¿Habéis hecho algo interesante mientras yo no estaba?- preguntó intentando centrarse en otra cosa que no fuera su padre.

El pelirosa apartó sus manos del cabello de su novio y le miró con una mueca.

-Hemos estado haciendo ejercicios que había mandado el profesor de Historia, y en Tutoría nos han puesto una película aburridisima- puso una de sus manos sobre la de Doyoung -Créeme, no te has perdido nada- dijo y poco después comenzaron a merendar.

-¿Y los demás no vienen?- preguntó mientras comía galletas.

-Supuestamente venían ahora, me he adelantado para ver si habías llegado-

Y como si les hubieran invocado vieron como entraban todos juntos a la cafetería. En cuanto divisaron a la pareja se sentaron con ellos. Doyoung tuvo que dejar la mochila en el suelo para que todos pudieran sentarse.

-Bienvenido a la cárcel Doyoung- dijo Donghyuck apoyándo su cabeza sobre el hombro de Mark -Si hubiera sido tú me habría quedado en casa esperando a que llegara mi hora- dijo mirando al techo mientras hacía puchero -Odio la vida- dijo abrazando el brazo de Mark.

-No digas eso, haces que me deprima más de lo que estoy- dijo Karina apoyando su cabeza sobre su brazo, el cual estaba apoyado sobre la mesa.

Comenzaron a hablar sobre cosas varias, Doyoung no podía centrarse en ninguna de las conversaciones, solo se quedó pensativo mientras veía el perfil del pelirosa.

-Hey, Doyoung, podrías disimular un poco- dijo Mark, quien estaba sentado en frente suya.

Doyoung fijó la vista en Mark, viendo que el contrario dejaba ver una pequeña sonrisa.

-Serás inútil, has hecho que la foto salga borrosa- dijo Jaehyun mirándole de mala manera a Mark, quien simplemente le ignoró, pasó su brazo por el hombro de Donghyuck y apoyó su cabeza sobre la del chico.

Doyoung soltó una pequeña risa, y acomodandose en la silla fijó la vista en sus manos, las cuales estaban entrelazadas sobre la mesa.

De nuevo se perdió en sus pensamientos, regresó a la realidad cuando Taeyong apoyó una de sus manos sobre las suyas. El pelinegro fijó la vista en la del pelirosa, quien le miraba algo preocupado.

𝘈𝘭𝘪𝘷𝘦 𝘢𝘯𝘥 𝘥𝘦𝘢𝘥 𝘢𝘵 𝘵𝘩𝘦 𝘴𝘢𝘮𝘦 𝘵𝘪𝘮𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora