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Yerim le avisó a Doyoung de que aquel día iba a comer con sus compañeros de trabajo, el día anterior les había dejado la comida preparada a su esposo e hijo.

-Doyoung, ¿Me estás escuchando?- preguntó Taeyong al ver como su novio parecía estar distraído.

Acababan de acompañar a Giselle a su casa, aquella chica se había integrado en su grupo gracias a Jaehyun, solía estar sola en las horas de clase y en los recreos, por lo que el chico aprovechó para hablar con ella y convencerla de que no molestaría.

Doyoung fijó la vista en Taeyong dándose cuenta de que había estado demasiado metido en sus pensamientos.

-Lo siento, últimamente estoy algo distraído- dijo apartando la mirada del pelirosa mientras tragaba saliva.

Taeyong entrelazó su mano con la de Doyoung.

-¿Qué ocurre?- preguntó dejando pequeñas caricias en la mano del contrario.

Doyoung respiró profundamente y fijó la vista en sus manos entrelazadas.

-No quiero ir a mi casa, mi madre va a ir a comer con sus compañeros de trabajo y no quiero quedarme solo con mi padre- dijo murmurando y se aclaró la garganta.

-En ese caso ven a mi casa, a mi madre y padre les caes muy bien, no creo que les importe que vengas a comer con nosotros-

-No quiero parecer que me aprovecho de vosotros- dijo desviando la mirada al frente.

-Y no lo haces- dijo viendo el perfil del chico a su lado, quien intentaba con todas sus fuerzas no mirarle al pelirosa -No hay nada más que hablar, vendrás conmigo- dijo interrumpiendo a Doyoung, quien parecía que iba a decir algo más.

-Doyoung, quería agradecerte por estar con mi hijo- dijo la señora Lee, quien aprovechó a hablar con el pelinegro mientras que el pelirosa buscaba un juego de mesa, cabe aclarar que habían terminado de comer hacía un rato -No quiero exponer a mi h...

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-Doyoung, quería agradecerte por estar con mi hijo- dijo la señora Lee, quien aprovechó a hablar con el pelinegro mientras que el pelirosa buscaba un juego de mesa, cabe aclarar que habían terminado de comer hacía un rato -No quiero exponer a mi hijo, pero no para de hablar de ti- dijo haciendo que Doyoung soltara una pequeña risa.

-Espero que le cuente cosas buenas- dijo sin borrar la sonrisa de su rostro.

-Puedo asegurarte que sí, me alegra ver que mi hijo vuelve a sonreír- dijo la señora Lee con una sonrisa en su rostro mientras tomaba un sorbo de su vino.

Doyoung quedó completamente confundido. Estuvo un buen rato procesando las palabras de la mujer sentada enfrente suya.

-Oh, disculpa, creo que he hablado demasiado- dijo al ver como Doyoung la miraba confuso -Y dime, ¿Ya os habéis besado?- preguntó apoyando su barbilla sobre sus manos mientras miraba emocionada al pelinegro.

Estaba claro que la señora Lee quería cambiar de tema, y Doyoung no iba a negarse, al fin y al cabo fuera lo que fuese era cosa de Taeyong, si él quería contárselo ya se lo contaría cuando quisiera.

Doyoung se acomodó algo incómodo en la silla notando como sus orejas comenzaban a calentarse.

-Puedes tratarme como si fuera una amiga tuya, los amigos de Taeyong dicen que soy una más del grupo- dijo giñandole un ojo al pelinegro, quien no pudo evitar soltar una pequeña risa.

El pelinegro iba a responder a la señora Lee, pero la puerta de la cocina siendo abierta llamó la atención de los dos presentes. Taeyong se encontraba con varios juegos de mesa en sus manos mientras miraba de forma acusadora a su madre y desviaba la vista a la de Doyoung.

-Sea lo que sea que te haya preguntado o contado ignorala, al parecer no sabe lo que es la privacidad- dijo fijando de nuevo la vista en su madre, quien le miraba con un puchero, dándole a entender que no había tenido tiempo de enterarse de nada.

Taeyong soltó una pequeña risa por el comportamiento de su madre, después se sentó entre su madre y el pelinegro, y comenzaron a jugar al UNO. El señor Lee se unió a ellos no mucho después. Pasaron toda la tarde jugando a juegos de mesa, Doyoung pudo jurar que los progenitores de Taeyong parecían adolescentes y era fácil hablar con ellos.

Simplemente una tarde llena de risas.

Doyoung miró su móvil al recibir una notificación, se sorprendió al ver que era de su padre. Miró la hora para comprobar que había estado dos horas en la casa de los Lee.

Hijo, quiero hablar contigo.

No entró al chat, simplemente apagó el móvil y regresó la vista a la partida. No se sentía preparado para hablar con su padre, sabía que podía derrumbarse en cualquier momento, y tampoco quería hablarle mal. Necesitaba tiempo para procesar todo lo que había sucedido en tan poco tiempo.

Fijó la vista en su mano al ver como Taeyong apoyaba su mano sobre la suya. Después hizo contacto visual con el pelirosa, inconscientemente dejó ver una pequeña sonrisa en su rostro.

-¿Estás bien?- preguntó Taeyong ignorando por completo el berrinche de su madre mientras le decía a su esposo que había hecho trampas.

Doyoung apartó un mechón de pelo del rostro de su novio pasándolo detrás de su oreja. Después apartó la mano y fijó la vista en los ojos del pelirosa. Sonrió y asintió, viendo como Taeyong asentía no muy convencido.

Cuando Doyoung desvió la vista a sus cartas pudo ver de reojo como los progenitores de Taeyong les miraban. Fijó la vista en la pareja viendo como desviaban la mirada rápidamente.

-Has hecho trampas- dijo la señora Lee mirando a su esposo.

-Claro que sí, lo que tú digas cariño- dijo el señor Lee dedicándole una pequeña sonrisa a su esposa, quien no pudo evitar sonreír por haber logrado que su marido le diera la razón después de un largo berrinche.

Doyoung desvió la vista a sus cartas mientras negaba. Adoraba a la familia de Taeyong.

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𝘈𝘭𝘪𝘷𝘦 𝘢𝘯𝘥 𝘥𝘦𝘢𝘥 𝘢𝘵 𝘵𝘩𝘦 𝘴𝘢𝘮𝘦 𝘵𝘪𝘮𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora