No pasó mucho tiempo cuando Lisa entró al baño y comenzó a llamar a Karina. Esta abrió la puerta y se lavó las manos, iba a regresar con sus amigos cuando Lisa le sujetó de la muñeca.
-¿Qué haces?- le preguntó Karina sin ganas de hablar.
-¿Estás bien?, no quiero verte mal- preguntó preocupada.
-Sí, estoy bien, gracias por preocuparte- Lisa asintió despacio y después le soltó de la muñeca dejándola ir con los demás.
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En un momento en el que Taeyong y Doyoung se quedaron más atrás que los demás el pelinegro aprovechó para comentarle algo a su novio.
-Puedes cenar y quedarte a dormir en mi casa si quieres- dijo apretando un poco el agarre en sus manos entrelazadas -A mis padres no les importa, les he preguntado esta mañana y me han dejado llevar a un amigo-
-Oh, ¿Aún no les has dicho que estamos saliendo?- preguntó curioso.
-Quiero esperar un poco más para decírselo- dijo aclarando su garganta.
Taeyong asintió.
-Puedes tomarte tu tiempo, solo preguntaba porque mi madre y padre ya lo saben, tendría que haberte preguntado antes de decirles. Lo siento- dijo sintiéndose algo mal por haber tomado aquella decisión sin haberle preguntado a Doyoung antes.
-No, no me molesta, tranquilo- dijo acariciando la mano del contrario.
-Menos mal- dijo para sí mismo pero siendo escuchado por Doyoung, quien dejó salir una pequeña sonrisa -Sobre la cena y lo de dormir en tu casa, por mí no hay problema, pero tengo que preguntarles a mis padres- dijo mirando a Doyoung, quien asintió.
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Ya habían terminando de cenar, Taeyong había notado el ambiente tenso entre aquella familia, pero no preguntó hasta que llegaron a la habitación de Doyoung y cerraron la puerta.
-¿Estaría mal que preguntase sobre que ocurre con tu madre, padre y contigo?- preguntó algo despacio intentando no incomodar a su novio por aquella pregunta.
Doyoung, quien acababa de sentarse en la cama mordió su labio inferior y negó, el pelirosa se sentó a su lado y le sujetó de las manos sabiendo por la expresión de su novio que contarle aquello le iba a ser difícil.
-Básicamente mi madre y padre llevan ignorandome desde hace seis meses, no ha sido hasta hace unos días que comenzaron a hablarme de nuevo- dijo entrelazando sus piernas sentándose de forma más cómoda sobre la cama -A mi padre le despidieron y decidió ahogar sus penas en alcohol, y mi madre comenzó a hacer horas extra en el trabajo. Por lo que yo estaba solo todo el tiempo- fijó su vista en Taeyong, quien le miraba atento -Hasta que llegaste tú- dijo desviando su vista a sus manos entrelazadas a la vez que dejaba ver una pequeña y triste sonrisa en su rostro -Gracias por aparecer en mi vida cuando más lo necesitaba- dijo fijando de nuevo la vista en su novio mientras un color carmesí se dejaba ver en sus mejillas.
Taeyong apoyó su mano libre sobre la mejilla de Doyoung y dejó pequeñas caricias en esta.
-Siento mucho que hayas tenido que pasar por eso- dijo dándole un abrazo, notando como Doyoung correspondía al instante -Tú mismo has dicho que habéis vuelto a entablar conversación, sé que no será fácil, pero ya verás como todo se soluciona- dijo creyendo que aquellas palabras le tranquilizarían a Doyoung.
El pelinegro solamente pudo asentir y esconder su cabeza en el cuello del pelirosa mientras intentaba aguantar las lágrimas. No sabía cómo contarle sobre la mudanza, en la que sus progenitores no tuvieron en cuenta su opinión en ningún momento.
Y la que ya tenía una fecha pensada.
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