Capitulo 42

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POV CRISTIAN

No sé qué es lo que me pasa, pero hoy día ni siquiera abrir los ojos puedo. Tengo tanto trabajo que hacer y el tiempo no me ayuda. Es como si entrara a las ocho de la mañana y cuando llega mi hora de salida, no he terminado ni la décima parte de lo que tengo que hacer.

Pensé, que la mala imagen que está vendiendo la prensa de mi familia e incluso de mi empresa iba a ser que nuevos empresarios no quisieran trabajar conmigo o que los antiguos tomarán la decisión de irse, pero no ha pasado nada de eso. Es más, la cantidad de nuevos inversionistas y de nuevo cliente que está ganando la empresa ha tenido un aumento considerable, hasta el punto de no poder con todo el papeleo que los nuevos proyectos necesitan.

Cuando llegué en la mañana, lo primero que noté es que el olor a desinfectante de la oficina era nauseabundo. Lo cual me llama la atención, ya que la oficina siempre ha olido de la misma forma. Después, algo que no salió bien, detonó un fuerte dolor de cabeza, para terminar con unas ganas de vomitar impresionante.

Y eso significo que, durante toda la mañana, a cada 20 minutos media hora, he tenido que ir de carrera al baño a vomitar lo poco y nada que he logrado tomar o comer. Creo que Andrea ya no sabe qué hacer conmigo y la he detenido varias veces de llamar al médico.

En este momento sólo quiero dormir, pero tengo demasiadas cosas que hacer para poder descansar. Lo mejor que puedo hacer es intentar bloquear el dolor de alguna manera y las molestias también. Lo único que me importa es que esto pase para poder seguir trabajando y así puede llegar a la casa lo antes posible. Sé que, si tengo a Ana cerca, estos males se van a ir. Es así cómo funcionamos como pareja y nuestros cuerpos están unidos de tal manera de saber que el otro está mal o convertirse en el remedio que el otro necesita.

-estas demasiado pálido. Andrea se equivoco al decirme que estabas trabajando tranquilamente. Debes de irte a la casa conmigo en estos momentos- dice Ana entrando en la oficina como perro por su casa. Detrás de ella viene mi madre y niega con la cabeza.

-Ana, no me puedo ir a la casa. Tengo demasiadas cosas que hacer. Tengo reuniones y mas reuniones que no puedo dejar de lado- digo molesto. No estoy tan mal, solo necesito controlar el molestar. No soy un niño pequeño que necesitar estar en la cama para recuperarse.

-hijo, debes de hacerle caso a Ana. No estas bien y con esas ojeras y lo pálido que estas, mas lo que asustaras a la gente de que lo que puedas avanzar- dice mi madre mientras saca su maletín con cosas de medico y comienza a tomar mi presión arterial. No entiendo cual es el problema. Solo estoy con nauseas y con muchos vómitos. Lo he vivido antes y he podido con ello. Salvo que, en esa época, la causa era que iba a ser padre, cosa que ahora no es cierta, aunque...

-no es lo que estas pensando. No estoy embarazada. Me acabo de hacer una prueba de sangre y esta normal. Así que lo que tienes que tener es una infección intestinal y debes de buscar un remedio para que no sigas en esas condiciones. Lo mejor es que vaya con un médico o en este caso recurrir a tu madre- dice Ana mirándome fijamente.

-Ana, puede que esto no ayude mucho a tu tranquilidad, pero hay exámenes de embarazos en sangre que salen negativas, cuando en realidad son positivas. Eso ocurre cuando la mujer esta de muy poquito y el cuerpo de la mujer aun no ha identificado este nuevo ser- dice mi madre a Ana y ella deja salir un suspiro pesado.

-Grace, en una semana mas tengo control con el medico y va a volver a repetir el examen, si lo queremos, pero este momento solo me interesa llevar a mi marido hasta la casa para que lo pueda cuidar- dice Ana y dejo salir un suspiro. No me extrañaría que estos síntomas sean de un embarazo, pero es Ana quien me lo debe confirmar. Seria extraño que mi cuerpo muestre los síntomas antes que mi mujer, aunque en nuestra relación no haya nada escrito.

60 y mas: Cristian y AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora