Capitulo 9

2.3K 295 19
                                    

POV CRISTIAN

-el plan está listo señor, vamos de vuelta la casa- dice Taylor, pero no estoy del todo seguro. No cuando me estoy dando cuenta que la policía trabaja para la persona que me quiere hacer daño. Ahora menos que nunca voy a confiar en alguien. Eso es genial, pienso de forma sarcástica.

Llevamos casi todo el día esperando a que podamos salir de la estación y recién dieron el visto bueno, ya que según ellos no hay nada seguro para nosotros. Sólo quiero llegar a mi casa y estar con mi hijo y mi esposa. Pero con esto, con lo que acaba de pasar, ha habido un antes y un después en mi vida y juro que a este tipo le voy a encontrar y me las va a pagar.

-vámonos Taylor, que aquí hay mucha agua podrida y se está empezando a notar- digo y el asiente con la cabeza porque tiene que estar pensando lo mismo que yo. Nos suben en una van negra polarizada y adelante de nosotros va un policía que no me da muy buena espina y me doy cuenta que probablemente estamos metido la boca del lobo y vamos a alguna trampa o nos están secuestrando, como tanto lo querían.

Esto se confirma cuando siguen un camino alejado de la ciudad, siguiendo caminos alternativos que pueden llegar a nuestra casa, pero no lo hacen y supongo que este tipo tiene pacto con el diablo y vamos a directamente a él. Ya me estoy cansando de esto. No tengo la culpa de su venganza, pero ahora va a tener que esperar mi respuesta, solo que no le gustara.

De la nada, otra van negra polarizada sale de la nada y hace que el recorrido de la camioneta se detenga de golpe. Me espalda me vuelve a doler y me quejo. Varios tipos vestidos de negros, con capuchas y armados, salen del vehículo y le apuntan al policía.

Todo mi cuerpo se pone en alerta porque pienso que esto, es el final de nosotros. Mucha gente armada, muchas amenazas, mucho movimiento peligro. Pienso que voy a terminar muriendo y no es lo que quiero hoy. No es lo que deseo ni en un año más y no es lo que quiero en 20 años más. Quiero ver a mi familia, quiero sentir lo que mis padres dicen que sienten cuando tiene a Teddy con ellos, conocer mis nietos, jugar con ellos, verlos crecer. Quiero muchas cosas, pero no creo que se cumpla ninguna de ella, ya que estoy a punto de morir.

Al final los hombres que venían en la otra camioneta, bajo amenaza, nos sacan de la camioneta y nos suben a la suya. Ahora, entiendo porque Taylor siempre me decía que lo mejor en nuestros recorridos, era llevar alguna arma. No nos pudimos defender y ahora somos unas simples presas, que van camino al matadero.

Doy la vuelta para ver qué es lo que está pasando con la otra camioneta y me doy cuenta que los tipos están hablando muy rápido por radio y también por teléfono. Miro a Taylor que también se dé cuenta de eso y comienza examinar a la gente que va conduciendo camioneta.

-¿Quiénes son? ¿Qué es lo que quieren de nosotros?- pregunta, pero nadie responde. Se mantienen en silencio, pero mi corazón comienza a latir rápidamente cuando el camino se me hace conocido. Comienzo a mirar la vegetación, los árboles, las casa que pasamos y me doy cuenta que nos vamos acercando a la casa. Taylor también se da cuenta, ya que está un poco sorprendido.

También estoy un poco sorprendido cuando vemos que activan a distancia la puerta con el código, qué hace que a través central de la seguridad, la puerta principal se comience a abrir. Ese código solamente lo conoce la gente de mayor confianza que trabaja para mí.

No sé si son los nervios, el miedo o la tranquilidad está invadiendo mi cuerpo, pero mis manos comienzan a temblar fuertemente. Los segundos para llegar a entrada principal se vuelven minutos y cuando el auto se detiene la entrada de la casa, y veo que Ana me está esperando con Teddy en los brazos, me pongo llorar como un niño pequeño.

-señor, tranquilo. Ya llegamos a la casa y llegamos a salvo- Taylor dice mientras me da varios golpes suaves en el hombro.

Taylor abre la camioneta para poder salir y un poco torpe, hago lo mismo. Ana le entrega a Teddy a Gail para poder reunirse conmigo. Cuando ella me abraza, puedo sentir el latido de su corazón, el calor de su cuerpo, todo lo que para mí significa seguridad, hace que mis piernas se pongan torpes y pierdo el equilibrio, cayendo el suelo llevando a Ana conmigo. No quiero hacerle daño, pero no tengo fuerzas para seguir luchando.

60 y mas: Cristian y AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora