VI: ¡AL FIN UNA WEASLEY PELIRROJA!

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*Editado*

04 DE JULIO DE 1997.

El Gran Comedor volvió a llenarse de estudiantes y de adultos. La espectación incrementó con cada paso de los minutos en que los jóvenes de la tercera generación se ponían de acuerdo para ver quien sería el siguiente en presentarse. Las habladurías no se hicieron esperar en torno a Pansy Parkinson y su aparente hija, además del escándalo armado por su padre, por lo que la involucrada estaba casi hundida en su asiento asintiendo a todo lo que la pequeña Lena le decía.

- Buenas, buenas, Hogwarts -saludó con una media sonrisa la siguiente encapuchada. Era tan alta y esbelta que incluso con la túnica y la capucha, podía apreciarse su figura femenina-. Soy la preferida de todos... -la risa de sus amigos hizo mostrarles el dedo del medio y una palabrota que horrorizó a las mujeres adultas y profesoras-. No se espanten, es la más suave de mi vocabulario -rió, y entre una aclaración de garganta se bajó la capucha, dejando ver el rostro perfilado de la joven-. Mi nombre es...

- ¿Molly? -parpadeó anonadado Arthur Weasley, mirando de su mujer a la joven pelirroja frente a todos, la cual hizo una reverencia de agradecimiento como si el patriarca le hubiese hecho un halago.

Molly Weasley también observó a la joven, con la única diferencia que sonreía con amplitud. Que esa chica se pareciese bastante a una versión joven de su persona pero con ojos azules como los de Fleur, significaba que tenía otra nieta, y eso le encantó.

- ¿De cuál de mis hijos eres hija? -preguntó con adoración la matriarca Weasley.

- Lamentablemente es mi hermana -dijo Victoire con voz de fastidio.

- Yo también te amo, hermanita -la joven pelirroja rodó los ojos, dándole una sonrisa burlona-. En fin, ya que el parecido que guardo con mi abuela paterna me delató, les diré mi nombre -se aclaró la garganta de forma exagerada y siguió-. ¡Soy Dominique Marie Weasley Delacour! -exclamó con una gran sonrisa, pero al instante advirtió-. Eso sí, jamás en sus patéticas vidas se les ocurra llamarme Dominique. Solo mis abuelas, tías y madre, tienen ese derecho. Para mí desfortuna.

Fleur brincó en su asiento entre aplausos.

- ¡Bill, tenemos otra hija! -le expresó encantada a su futuro esposo, el cual entornó los ojos a tal punto de palidecer.

- ¡Santo Merlín! -Bill se palmeó la frente, secándose con el dorso de la mano un sudor que no estaba. Con dos hijas, el sacudir a los hombres sería su prioridad.

- ¡Al fin una Weasley pelirroja! -exclamaron entre aplausos los gemelos, Luna y varios Hufflepuff le siguieron en apoyo.

Dominique rió, cruzándose de brazos en una pose casual.

- Ustedes sí que saben quitarle el misterio a las cosas -bufó, suspiró y dijo-. Ya se dieron cuenta de quienes son mis padres, pero antes que todo, papá... -Bill le miró con espanto-. Respira, no tengo novio ni nada de eso.

La mueca de alivio que se formó en el rostro de Bill causó la burla entre sus hermanos varones. Por parte de Ginny, su hermana menor, no estaba del todo grata ante su futura unión con la francesa, aún así, se mantuvo inexpresiva.

- ¿Tú también eres Veela? -curioseó Gabrielle Delacour. Dominique arrugó la nariz, para luego afirmar con desdén-. Pero...

- No soy tan ególatra cómo la peli-oxigenada de allá -se adelantó Dominique, señalando burlona a su hermana.

- ¡Para tu envidia, es natural, calabaza con patas! -repuso Victoire, para nada ofendida.

Ambas se quedaron mirando y luego se echaron a reír como si fuese lo más normal del mundo ofenderse.

SIN LEY MÁGICA: TERCERA GENERACIÓN AL PASADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora