XIX: APARENTEMENTE CALMA

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05 De Junio de 1997.

Todos los alumnos se encontraban en sus respectivas Salas Comunes; unos no tardaron en caer rendidos al sueño y otros tantos conversaban en torno a las prestaciones.

En la Sala Común de Slytherin, Harry se sentía fuera de lugar, pues obviamente no pertenecía allí. Sin embargo, no podía regresar a la Sala Común de Gryffindor y ser el punto de visión de todos; desde ése día en adelante, no solo le perseguiría la sombra de Lord Voldemort y todo lo que tenía que ver con él, sino que además había pasado de ser "hijo único" a tener una hermana. No sentía resentimiento alguno por su padre, ni siquiera por Isabella Parkinson, solo le costaba digerirlo un poco más. Aunque según él mismo, lo estaba haciendo bien.

- ¿Y los demás? -preguntó al ver a Theo solamente bajar las escaleras. El castaño traía los snaps en su mano, y cuando estuvo cerca de los sillones de cuero negro, se lanzó en uno-. ¿No jugarán?

- Draco quiere estar solo -comunicó Theo, dejando ir una exhalación mientras pasaba una mano por el cabello-. Blaise, quien sabe a dónde se fue -se encogió de hombros, sonriendo de lado. No parecía feliz, sino triste y cansado. No era el único en esa sala que se sentía de aquella manera. Tras un minuto de silencio incómodo, Theo alzó los snaps en su mano-. Entonces, ¿jugamos?

Harry le miró por largos segundos, hasta que se decidió por negarse. Debía asegurarse que Pansy estuviera bien, aunque no se creía suficiente para ayudarle. Aún así, y sin conocer la mecánica de aquella área, le preguntó a Theo por la habitación de Pansy.

Theo no le respondió al momento, más bien le quedó observando como si con ello pudiese entrar en sus pensamientos.

- Pasillo izquierdo, habitación 137. Da dos toques seguidos y luego dos lentos; ése es nuestro código de hermandad -Harry enarcó una ceja por lo fácil que se oía llegar allí. Entonces Theo soltó una carcajada, burlándose de su cara de confusión-. Si te preguntas si las chicas no tienen algún tipo de seguridad, la respuesta es no.

- ¿No? -inquirió incrédulo Harry. Theo negó-. Gryffindor sí lo tiene. Y apuesto a que Hufflepuff y Ravenclaw también.

Theo se tocó el mentón, como si estuviera reflexionando en ello, pero la verdad es que seguía burlándose de la ignorancia de Harry.

- La única Sala Común que tiene sus métodos «anti-desliz», es Gryffindor, Potter -le informó, dejando boquiabierto a Harry-. Mira, te explicaré. Cuando Hogwarts fue construido y los fundadores escogieron sus lugares favoritos, digamos que Godric Gryffindor era el menos desconfiado en cuanto a la confraternidad de chicos y chicas... -«¿Por qué?»-. Pues sensillamente, Potter, tenía una hija en pleno crecimiento hormonal. Confiaba en ella, pero no en los chicos -rió Theo en cuanto Harry vocalizó un "Oh"-. SÍ... De allí nació la idea de la resbaladilla de las chicas Gryffindor.

- Helga Hufflepuff, Rowena...

- Helga nunca tuvo hijos -le cortó el Slytherin-. Rowena por su parte tenía a Helena, pero siempre le delegó toda su confianza, tanto así que no pudo preveer que ella la asesinaría... Con nuestro Salazar Slytherin... -se encogió de hombros-. Él tenía dos hijos, forjados a su imagen y semejanza, así que nunca tuvo problemas con que las chicas y chicos se ligaran, pues eso acresentaba la estirpe de los Sangre Pura.

- Eso es repugnante -soltó Harry, asqueado-. Salazar Slytherin estaba loco.

- Un tanto, sí -Theo se encogió de hombros haciendo una mueca con los labios-. Pero no puedes negar que por alguna razón los chicos Gryffindor son unos gatos en celo -rió ante su propio chiste. Harry no lo hizo-. Vamos, Potter, ríete un poco.

SIN LEY MÁGICA: TERCERA GENERACIÓN AL PASADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora