Mary tenía una familia muy numerosa y que estaba repartida por muchas partes. Ella decía que eran desendientes de gitanos por esa incapacidad de echar raíces en un sólo lugar. También decía que harían falta tres árboles genealógico y un centenar de exámenes de ADN para saber quién era pariente consanguíneo de quién e ignorar el lío de los apellidos. Por esta razón que un tío abuelo de su madre,le dejara a ella una herencia no le era tan extraño. Alguna vez lo vio en casa de su abuela,cuando era pequeña. Lo presentaron como el esposo de la hermana de la prima de su madrina o algo así. Cuál fuera el parentesco genuino y no legal con ella, el "tío Edgar" le dejó una casa y tierras en un pueblo al sur, en el país vecino donde vivió los últimos quince años. Y hasta allá fue Mary, porque no tenía ni un poco de vergüenza en gozar de una herencia de un total extraño,sin embargo, el asunto le dió cierta desconfianza por lo que le pidió ayuda a la única persona capaz de debatir con un abogado,sin serlo,y callarlo: su madre.La mujer la acompañó hasta el pueblo, un sitio de arquitectura medio europea dónde los habitantes eran descendientes de colonos,orgullosos de no tener rasgos autóctonos. Eran también celosos de los forasteros y esas dos mujeres llamaron demasiado la atención,desde que bajaron del tren. La mayor que llevaba un abrigo rojo como la sangre y unas botas largas que sonaban fuerte,tenía un desplante desinhibido un tanto amedrentante que no sólo apartó a los curiosos sino también dominó al abogado,que rápidamente entregó la propiedad a la heredera.
-No tienes que dejar que te suban la voz. Eso es lo que ellos hacen para intimidarte. Si te hablan fuerte, hazlo tú también ¿Cuantas veces te he dicho eso, Mary?-le dijo su madre mientras iban de regreso a la estación.
-Perdí la cuenta a los quince años-murmuro Mary-¿En serio tienes que irte tan pronto? ¿No quieres ver la casa?
-Sabes que no me gustan los pueblos y estás bastante grande para que mamá resuelva tu vida.
-¿Entonces a qué viniste?
-Porque te conozco y pensé que podías rechazar la herencia de tu tío Ernesto.
-Edgar...
-Esta muerto ¿Qué importa como se llamó?-exclamó y luego suspiro torciendo un poco la boca-Linda no es que sea cruel es sólo que los muertos no tienen valor alguno. Sus obras son lo que importa y él no hizo nada relevante. Si quieres agradecerle lleva flores a su tumba. Ahora no olvides llamar de vez en cuando ¿Está bien?
-Como digas-le contestó Mary y tuvo que aguantar que su mamá le diera un beso en la mejilla, embarrandole la cara de lápiz labial.
Cuando su madre dobló en la esquina,Mary hizo parar uno de los tres taxis del pueblo para ir a su nueva casa que quedaba a unos cinco kilómetros,camino al rio. El hombre que la llevó subió su mochila,sin cuidado,a la cajuela y partió rápido por la calle sin pavimentar. No era el tipo más amable,pero no le hizo charla lo que para ella fue un alivio. Odiaba que los taxistas buscarán hacerla hablar. El tipo la dejó en la puerta de una casa de dos pisos bastante bonita y más pequeña de lo que Mary imaginó. Según le dijo el abogado había dos dormitorios, tres baños,un estudio,la cocina y el comedor. Todo estaba amoblado. Después de ponerse la mochila sobre el hombro para poder abrir el portón,su teléfono celular sonó. Cuando respondió descubrió que era el abogado, quién le dijo que había olvidado decirle algo.
-Verá señorita Mary,la casa, todo lo que hay en ella,y las tierras son suyas siempre y cuando cumpla con una condición.
-¿Qué condición?-le preguntó la muchacha justo cuando estaba por abrir la puerta de la casa.
Mary no alcanzo a meter la llave en la cerradura. La puerta se abrió para dar paso a un hombre pequeño de aspecto algo peculiar.
-Que mantenga al señor Dai cómo su empleado de por vida. El señor Edgar,su tío bisabuelo, quería asegurarse que su fiel mayordomo no quedará en la calle e incluyó esta cláusula-le explicó el abogado,quién se olvidó de decir eso gracias a la madre de Mary.
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Tomates azules.
FanfictionElla heredó una casa, tierras y un mayordomo con muchas peculiaridades, entre ellas el secreto de su familia.