Mary abrió los ojos descubriendo estaba en su habitación. Aquello la desconcertó,como también el hecho de que era muy temprano. Se sentó en la cama con una de sus manos cubriendo su ojo izquierdo. Le dolía un poco ese lado de la cabeza.-Buenos días ¿Cómo se siente?-le preguntó Dai,que estaba parado al costado de la cama sonriendo y con las manos tras la espalda.
-¿Qué...?
-Se cayó del caballo mientras iba al pueblo y unas amables personas la trajeron a casa-le contestó el mayordomo como si hubiera adivinado sus pensamientos.
-Sí,lo recuerdo...-murmuró Mary y miró su ropa. Estaba en pijama.
-No la desvesti-le dijo y chasqueo los dedos tras su espalda para hacer que ella vistiera un nuevo pijama.
Mary que se había habituado bastante rápido a que Dai podía hacer cualquier cosa de forma instantánea,no expresó ninguna sorpresa ante aquello. Callada miró a Dai varios minutos,pero como intentando responderse preguntas a medio formular.
-¿Y cómo supieron esas personas que yo vivía aquí?-le preguntó después de un rato.
-Es un pueblo pequeño-le respondió Dai.
-Estoy cansada-manifiesto Mary y cerró los ojos.
-Es domingo,duerma un poco más.
Mary volvió a acostarse y Dai la observó hasta que se durmió. Cuando Mary despertó otra vez, pasaba del medio día. Se sentía mejor que en la mañana y el dolor de cabeza había desaparecido. Se dió una ducha y bajó a la cocina. También tenía un inusual apetito. Para su agrado,Dai había cocinado bastante y tenía la mesa puesta. Mary tenía una forma algo ceremoniosa de comer sin importar cuanta hambre tuviera. Aquel modo cuidado y hasta teatral,cautivo la atención de Dai,que hasta se inclinó un poco para apreciar mejor como Mary cortaba la carne.
-¿Qué sucede?-le preguntó Mary al verlo tan interesado en lo que ella hacía.
-Usted y su tío bisabuelo comen de la misma manera-le contestó como si aquello le hiciera gracia.
Mary arqueo una ceja,luego volvió su atención a la comida, pero ese comentario la hizo reflexionar. Ese hombre,su tío Edgar, ciertamente era casado. Así se lo presentaron,como el esposo de otra pariente,pero no recordaba haber visto a la esposa de aquel sujeto en la fiesta. Claro que entonces ella era una niña,sus memorias del evento eran difusas. Tampoco nunca más volvió a ver a aquel hombre así que no era extraño que no lo recordara. Ese punto la hizo formular otra pregunta:
-Dai ¿Sabes por qué mi tío me dejó a mi esta propiedad?-hizo una pausa-Sólo me vió una vez. Con toda certeza no sabía absolutamente nada de mí,pero me escogió entre todos sus parientes. Eso se me hace... peculiar por lo bajo.
-El señor Edgar era un hombre enigmático-le dijo Dai-Observador, analítico y de soluciones creativas, aunque no todas aplicables. Quizá pensó que para mí sería divertido servir a alguien como usted.
Mary lució un poco confundida.
-La gente como usted es divertida-le dijo Dai, sonriendo de una forma más abierta.
-Lo dices como si me conocieras-comentó Mary con tono suspicaz.
-No se necesita mucho para conocer a una persona,sólo prestarle un poco de atención-le dijo Dai haciendo que Mary se pusiera de pie de la estupefacción.
Esa frase era suya. Una de sus reflexiones y pocas veces la compartió con alguien. Era imposible que él la conociera.
-Gracias-le dijo intentando disimular su descompostura y se apartó de la mesa.
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Tomates azules.
FanfictionElla heredó una casa, tierras y un mayordomo con muchas peculiaridades, entre ellas el secreto de su familia.