9._Enemigos

386 94 20
                                    


Mary estaba teniendo éxito en todo lo que se proponía, pero aquello tuvo costos para otros. Los daños colaterales de su treta del agua afecto,de manera permanente, cinco campos y entre ellos estaba el de Milk. Por supuesto nadie sabía que ella era la responsable y los que lo sospechaban no tenía pruebas. Dos de los afectados pusieron en venta sus tierras. Los otros tres estaban contemplando posibilidades.

Mary aprovechó que la secretaria regional agrícola y de salud fue a hacer sus estudios, respecto a lo que fue considerado un desastre ambiental, para patentar sus tomates azules. De la documentación se encargó Dai. Su mayordomo podía hacer aparecer una fotografía del presidente en calzoncillos, sólo con un chasquido de dedos. Con él a su lado todo era posible.

Dos meses después del incidente del agua, Milk fue a ver a Mary para hablar de negocios. Ella no abandonaría su tierra sin intentar todo lo que pudiera hacer. Mary la recibió de buena fé. La había estado esperando. En la sala de aquella amplia casa, la anfitriona escuchaba a su invitada mientras giraba la cuchara en el interior de la taza de té, que Dai le dió. El mayordomo se quedó allí tras ofrecer otra taza a Milk. Parado tras el sofá,con la bandeja entre sus manos,Dai llevó sus ojos hasta Mary.

-Entonces quieres comprar semillas de tomates azules-
resumió la mujer.

-Así es...

Mary se sonrió con cierta malicia. Estaba de espaldas a Milk,por lo que ella no la vio.

-Perdóname por decir esto,pero me resulta bastante irónico que quieras comprar semillas del producto que tanto atacaste.

Milk respingo la nariz y luego le cuestionó si iba a venderle o no lo que pedía. Mary se giró por completo a ella, dejando la taza en una pequeña mesa junto a la ventana.

-No, no voy a venderte
-respondió la muchacha logrando desprender la mandíbula inferior de Milk,de la desagradable sorpresa-Te la voy a obsequiar...

Mary patentó los tomates azules.
Eran una marca y por tanto le otorgaban el derecho exclusivo y excluyente de venderla en la forma o clase que ella conferio. E impedía que un tercero cultivará y comercializara, sin su consentimiento, aquel producto. Patentar algo era un proceso relativamente rápido sobretodo si se contaba con los estudios y permisos solicitados por la institución. Algo que Dai resolvió en un abrir y cerrar de ojos. Cómo Mary no podía ir a la ciudad consiguieron un representante legal. Un hombre llamado Korn, que recomendó Kibito-Shin. 

-Pero tienes que pagarme un porcentaje de tus ganancias- agregó Mary.

A regañadientes, Milk aceptó y acordaron un contrato. Las cosas iban bien para Mary.

La mujer solicito a Dai que hiciera reales modificaciones a los tomates de las plantas nuevas. Habían dos matas por cada hilera para garantizar la producción. Dai modificó la que estaba madura,pero la segunda planta no fue afectada pues había sido sembrada con un mes de diferencia. El clima de la región permitía que los tomates brotarán hasta mediados del otoño,pero Mary quería que sus nuevos tomates lo hicieran hasta  finales de esa estación. No sólo eso también que tuvieran un mayor tiempo de conservación, fueran más jugosos y sabrosos. Era la semilla de estos segundos tomates los que daría a Milk y a otro campasino que se acercó a ella para negociar.

Pero no sólo los negocios iban bien para Mary. En esas semanas se había acercado mucho a su contador. Al punto de que salió con él varias veces y también lo invitaba a su casa. Algo que Dai veía con bastante recelo y hasta con molestia. Aquella mañana de Domingo el muchacho llegó a la casa temprano y Mary se lo llevó al estanque para nadar un poco. A medio día le llevó el almuerzo como ella se lo pidió y los encontró jugando a la orilla. Había otras personas allí, los chicos que siempre se metian sin permiso. Parecía que todos habian estado compartiendo de forma muy agradable. El mayordomo dejo la comida y miró a la mujer antes de retirarse. Ella no notó su presencia ahí y él, cuando estuvo fuera de la vista de todos, desapareció para reaparecer en la casa. Allí había un teléfono fijo que Mary desconocía. Estaba guardado en su habitación donde no había cama,sino un diván. Allí se sentó mientras esperaban que alguien respondiera su llamada.

Tomates azules.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora