Mary no estuvo segura del motivo, pero se puso de pie para apartarse de él. Dai soltó un suspiro y se giró hacia la mujer, que caminó lentamente hacia la ventana. Si bien los ojos de Mary miraron el campo, lo cierto era que no lo estaba viendo.-Has vivido mucho tiempo aquí- dijo en voz baja, como para ella nada más- Seguramente tienes muchas historias que contar respecto a mi familia...
-Así es- afirmó Dai, con una sutil expectativa en las moradas pupilas,que parecían brillar un poco en la penumbra de la habitación.
-Si pudiera definir a mi familia materna en una palabra, esa sería: excéntrica -le dijo Mary viendo el reflejo de Dai en el cristal de la ventana- Hay un montón de personajes estrambóticos en mi linaje. Tenía un tío llamado Nicanor, que vivía en una pequeña habitación en las tierras de sus patrones. Su cuarto tenía monedas por todas partes. El dinero estaba tirado en el piso y sobre los muebles. Era un tipo muy extraño al que sólo ví tres veces en mi vida, pero se quedó en mi memoria para siempre- Mary se quedó callada un rato-¿Cuál ha sido tu amo más excéntrico, Dai?
-Supongo que el señor Maximilian- respondió el mayordomo llevándose la mano a la barbilla y bajando la mirada- Gran parte de su vida la paso encerrado en su habitación, en una casa que fue demolida hace cien años. Era un buen hombre pese a su...mal.
-¿Y qué hay de tu primer amo? ¿Cómo era él?-le preguntó Mary viéndolo todavía en el reflejo del cristal.
-Era un hombre ambicioso y avaro -respondió de forma rápida y cerrando los ojos.
-Supongo que no te agradó. Imagino que se debe a que gracias a él perdiste tu libertad- comentó la mujer.
Dai le dió la espalda antes de abrir los ojos y caminar hacia un pequeño mueble de cajones que había contra la pared. Allí hizo aparecer una botella de vino, cubierta de un polvo gris que limpio con un pañuelo que sacó de su bolsillo. Lo hizo sin prisa, como ganando tiempo.
-Por el contrario- respondió finalmente, descorchando la botella- Diria que él fue quien me liberó.
Aquello lejos de resolver una duda, género muchas más. Mary aceptó la copa que Dai le ofreció y lo vio quedarse con la otra.
-¿Eras un prisionero?-le preguntó la muchacha.
-No exactamente. Estaba destinado a un labor perpetuo -le respondió antes de beber de su copa.
-¿Eras un demonio o qué?
-Algo parecido-le dijo para después dibujar en sus labios esa sonrisa filosa.
-¿Un ángel?- preguntó Mary y la forma en que él le sonrió, le dió la respuesta.
-¿Sorprendida?
-Un poco...
-Eso es nuevo. Pocas cosas parecen tomarla por sorpresa -le dijo antes de vaciar la copa y dar unos pasos hacia ella- Pienso que la vida es demasiado predecible para usted. Es especial las personas. E imagino que eso hace las cosas un poco aburridas ¿Me equivoco?
-Un ángel -exclamó Mary ignorando, a conciencia, lo que él le dijo-¿Qué pasó? ¿Caiste del cielo?
-No puedo responder esa pregunta.
Mary guardo silencio y pensó un poco.
-Dijiste que mi antepasado te dió libertad...Como un ángel que eres estabas atado a las leyes divinas, supongo- comenzó a decir Mary, como si estuviera armando un rompecabezas- Mi familia ha tenido personajes muy excéntricos...no sería extraño que el hombre que hizo el contrato contigo practicará algún tipo de arte mágico mediante el cual...convocó un ángel.
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Tomates azules.
FanfictionElla heredó una casa, tierras y un mayordomo con muchas peculiaridades, entre ellas el secreto de su familia.