Un comienzo y un final

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Irasue: Siento mucha curiosidad por el contenido del cofre.

Moji: Si el señor le dijo que espere deberá hacerlo.

Irasue: Detesto esperar, moriré haciéndolo *sonrió* aunque de todas formas no puedo morir a menos que me maten.

Moji: Pero quién se atrevería a hacer tal cosa.

Irasue: Tampoco podrían, Sesshomaru se hará más fuerte conforme pase el tiempo.

Moji: Eso es algo bueno mi señora.

Irasue: Es testarudo, incluso pudo ser mejor pero está acostumbrado a recibir las cosas hechas.

Moji: (pero si la que lo consintió fue ella) ¿hablaron sobre la idea de tener más hijos?

Irasue: Pienso que con Sesshomaru es suficiente, detestaría que mis hijos pelearan como perros rabiosos por tomar el lugar de Toga.

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El ejército le estaba haciendo frente al enemigo, desde la montaña más alta padre e hijo veían la pelea, los copos de nieve cada vez caían con más frecuencia, podía llegar a ser una desventaja para ambos bandos pues dificulta su movilidad y visión.

Las arqueras ubicadas en las copas de los árboles disparaban con rapidez, no podían usar flechas con fuego ya que el viento las apaga.

Toga: ¿Qué ves desde aquí?

Sesshomaru: Demonios y monstruos peleando.

Toga: *volteó a verlo* qué más.

Sesshomaru: Nieve roja.

Toga: Toda esa sangre y cuerpos son de nuestros soldados, un líder lamenta las pérdidas que hay en las batallas pero un verdadero rey si tiene la posiblidad de devolverles la vida lo hacen sin pensar.

Sesshomaru: Sus vidas no valen nada.

Toga: Si quieres llegar a portar alguna de mis espadas debes ser empático con tus compañeros caídos, colmillo sangrado; la espada que salva vidas y lleva a tus enemigos al inframundo no puede ser empuñada por cualquiera.

Sesshomaru: *frunció el ceño* Sólo me interesa colmillo de acero.

Toga: ¿Crees que con tu negligencia podrás tenerla? No conoces nada de la vida y sus secretos, miedo, dolor, amor, arrepentimiento son unas cuantas de miles de emociones que aún no conoces.

Sesshomaru: ¿De qué servirá conocerlas? Se trata de tomar una espada y usarla.

Toga: *suspiró* No es sólo eso, hijo.

Miraron a los soldados que aún estaban lejos de la base principal del enemigo, cuando lo redujeran ellos entrarían pero el enemigo lanzó una bola de fuego al bosque donde se encontraban las arqueras.

Le hizo una señal a su hijo para que les marcara el camino a las mujeres y asegurar su salida sin riesgo alguno.

Con su látigo Sesshomaru cortó los árboles que se prendieron fuego que al tener contacto con la nieve se apagaron, Nara salió con las arqueras y busco subirse nuevamente para seguir con su trabajo.

Toga despues de las batallas con colmillo sangrado resucitaba a sus soldados pero aquellos que ya fueron salvados en batallas anteriores lamentablemente no podía traerlos de vuelta.

Ese era el riesgo de luchar, la pérdida de amigos o familiares. Solían quemar los cuerpos de los caídos y hacer una lápida de piedra con el nombre de todos ellos, el sitio donde podían visitarlos estaba en el bosque principal de palacio.

El lazo que nos une (Irasue y Inu no Taisho)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora