Capítulo 4- Un pequeño roce

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Avanzo hasta el intentando no morir en el intento, si lo se soy muy dramática, pero avanzo hasta que quedar cara a cara, bueno no literalmente porque es un poco más alto que yo y eso es que soy alta ¿se los había dicho? Creo que no pero bueno sigamos.

-Hola- digo agitando mi mano en forma de saludo.

-Hola Mila- dice con una sonrisa.

-¿Qué te trae por acá? Y ¿Cómo sabes dónde trabajo?-le digo frunciendo el ceño.

-Tu misma lo dijiste el día que nos tocó presentarnos en la clase de portugués ¿no lo recuerdas?- me dice también frunciendo el ceño, cierto que tonta soy, el día que dieron la primer clase nos tuvimos que presentar y decir nuestra profesión y donde laborábamos- y respondiendo a la primera pregunta, no me contestabas los mensajes ni las llamadas, así que pensé que te habían secuestrado y vine a asegurarme- dice con una sonrisa burlona.

-No escuche tus llamadas ni mensajes, he estado muy ocupada- le digo sinceramente y esa es la verdad en ningún momento escuche algún sonido de mi celular que me indicara alguna llamada o mensaje.

-Lo supuse, pero vine a hablar de que haremos con la tarea por que pasado mañana hay clase y quieren la exposición para ese dia- dice recordándome, lo había olvidado completamente -pero si estas muy ocupada puedo hacer la tarea yo y solo te digo lo que tengas que decir, sé que tu trabajo es muy agotador por algo no elegí esa carrera y mírame soy un chef sin preocupaciones- me dice y lo último me hace reír, las personas me ven raro y entiendo el porqué, a algunas les están dando la noticia del fallecimiento de algún familiar y yo riéndome como loca.

-No te preocupes yo también ayudare con la tarea, no tienes que hacer todo y que te parece si mejor vamos a mi oficina, las personas nos ven raro- le digo viendo a las demás personas.

-Está bien, también creo que es mejor- me dice.

-Sígueme- le digo mientras camino adelante con dirección a mi oficina, cuando llegamos paso la tarjeta para que me permita el acceso.

-Toma asiento- le digo cuando ya estamos adentro y a la misma vez me siento en mi silla.

-linda oficina- dice sentándose.

-Tengo buen gusto lo es- le digo orgullosa por la decoración y el suelta una pequeña risa.

-Presumida- me dice.

-Claro que no, solo estoy orgullosa por mi buen gusto- le digo con una sonrisa.

-No lo creo, el color de las paredes no va con el del escritorio- dice con un aire divertido y una diminuta sonrisa y yo formo una o con mi boca fingiendo estar ofendida.

-Has herido mi buen gusto-le digo fingiendo estar dolida.

-Si claro- dice con una sonrisa.

-Ya ríndete- le digo devolviéndote la sonrisa.

-No tengo por qué hacerlo- dice sin borrar su sonrisa.

-Admite que tengo buen gusto- le digo con una sonrisa y se queda callado por unos segundos.

-Bien, tu ganas, si tienes buen gusto- me dice aun con su sonrisa.

-¿Disculpa? No escuche, repítelo- le digo fingiendo que no escuche nada, solo quiero que lo repita otra vez.

-Tienes buen gusto- dice levantando la voz ligeramente.

-Eso quería escuchar- le digo sonriéndole de nuevo.

-Bien, ahora hablemos de como haremos la exposición así te dejo para que puedas seguir con tu trabajo ya que veo que tienes mucho- dice viendo la pila de documentos encima de mi escritorio.

Amores FantasmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora