Los chicos caminaban hacia la entrada para acceder al Olimpo en un ambiente tenso. Hermes y King conversaban sobre sus hogares; el dios narraba la historia de su nacimiento, mientras King le contaba que había nacido de las flores del árbol sagrado. Aunque la conversación era agradable, sentían una mirada asesina detrás de ellos, proveniente de Meliodas, que los observaba con odio y furia. No soportaba cómo aquel dios había intentado algo tan íntimo con King y ahora eran buenos amigos como si nada hubiera pasado. Él se sentía traicionado.
—Antes de entrar —dijo Hermes, deteniéndose frente a un portal blanco que se agrandaba—, recuerden cumplir las reglas que les he dicho. Yo les he perdonado varias faltas, pero mi padre no lo hará. Llegaremos a mi templo, donde las ninfas habrán preparado sus túnicas, y luego iremos a la residencia de mi padre, donde sus mujeres los estarán esperando.
Los chicos asintieron y atravesaron el portal. Sintieron un vacío en sus estómagos por la repentina turbulencia y la falta de oxígeno.
Al recuperar el aire, alzaron la vista y se encontraron sobre las nubes, rodeados de hermosos páramos con doce templos, el más grande de todos en el centro.
—Vengan, afortunadamente mi residencia está cerca de la casa de mi padre y la señorita Hera —dijo Hermes, guiándolos por los templos y explicando que cada uno pertenecía a los doce dioses, a excepción de uno que era de su tía Hestia. —Yo tengo algunos hijos que vienen a visitarme, son almas libres y algunos los visito en el inframundo.
—Lamento oír eso —dijo King.
—No es un mal lugar, Hades es un rey muy justo y ahora seguro no sale de su habitación por la llegada de Cora.
—¿Cora?
—Perséfone, también le pueden decir Cora.
—Bueno, hemos llegado —señaló Hermes el templo de hermoso color blanco con detalles en dorado. Se veían estatuas que no le hacían justicia a cómo se veía el dios en su verdadera forma, había un hermoso paisaje de árboles y una familia de tortugas cerca de un río. —Mi animal consagrado son las tortugas, así que tengo unas cuantas.
—Qué lindo —dijo King, maravillado al ver cómo aquellos reptiles convivían, algo que nunca pasaría en su mundo.
El dios indicó a los demás que las ninfas los llevarían a sus habitaciones, donde encontrarían sus túnicas para presentarse ante su padre. Meliodas siguió a una ninfa hasta su habitación y encontró la vestimenta.
—¡Maldita sea! —gritó, frustrado al recordar cómo King y Hermes pasaban tiempo de calidad juntos. —¿Qué estás pensando? Tú amas a Elizabeth... King tiene razón, no me importa para nada lo que haga con él, no me importa si hablan, si se abrazan... si se besan... si tienen se... ¡Agh!
Negó rápidamente las imágenes en su cabeza, debía concentrarse. Se puso el traje revelador y salió para reunirse con los demás, que ya lo esperaban para dirigirse al templo.
Una vez allí, se encontraron con las chicas luciendo bellas túnicas griegas. Meliodas no desaprovechó la oportunidad para tocar los pechos de Elizabeth, admirando cómo la prenda se ajustaba a su cuerpo.
—Yo también te extrañé, amor —le sonrió Elizabeth.
—Y yo a-
—Me tendré que separar aquí —la voz de Hermes interrumpió a Meliodas. —Ganímedes vendrá por ustedes. Recuerda que tenemos una cita para ver a mi tía Hestia después de esto.
King asintió y sonrió a Hermes, que le correspondió antes de entrar al templo.
—King —la voz de Elaine sonó detrás de él—, ¿desde cuándo eres amigo de tu abusador?
![](https://img.wattpad.com/cover/288789334-288-k660759.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Χάος [Meling]
FanfictionLa era de Caos a vuelto a empezar gracias al Jabalí de la Gula, y esto a los olímpicos no les hace mucha gracia, y más con la muerte de el Rey Demonio y la Deidad Suprema. Como ambos dioses predijeron empezaría una nueva era, con la guerra todo se m...