Χάος [Meling]

Capítulo 19

Gracias por todo, mi amor, gracias por tanto calor. No tengas miedo pues todo irá bien aunque me veas llorar.

Para el rubio, no sabía en qué momento sus sentimientos se habían ido a la mierda, no lograba entender el momento en que el propósito de su vida se había deteriorado hasta el punto de ignorar a aquella bella y sublime diosa, dejarla de lado por aquel hada a quien había reclutado para formar parte de los pecados capitales, aquel castaño que había ignorado por mucho tiempo, siendo su mejor amigo Ban y de ahi solo consideraba al hada otro amigo más... Hasta ese punto, cuando aquel dios llegó a su vida.

—Capitán, no podemos dejar al enano con ese extraño —le dijo el zorro a su mejor amigo, su hermana estaba preocupada por su hermano, en especial porque leyó el corazón de aquel intruso y sabía que había visto en su pariente alguien muy especial, ese era el motivó del porque se lo había llevado.

— Dios o farsante, es innegable que King está en peligro.

Dijo el rubio mientras veía el pergamino en sus manos, aún sin ser abierto.

—Está decidido, iremos por King.

Te debo tanto, mi amor, te quiero pedir perdón, por no saber como hacerte feliz, por marchitar una flor.

Tantos recuerdos inundaban su mente, pero el más doloroso, el que más le carcomía su corazón y su alma era el cómo la había cagado con aquella hada una noche en que se atrevió a jugar con sentimientos ajenos y no pensó en las consecuencias que esto tendría, en la desaprobación de sus anfitriones, en la decepción del copero, las sospechas de su platinada pareja y por último la decepción en el sentir del hada.

El blondo se acercó al castaño cuando estuvo a punto de entrar a su habitación cosa que sorprendió al hada para después ver como era aprisionado por los brazos del demonio y esa acción saco un sonrojo por parte del hada, le cuestiono el que estaba haciendo pero solo noto esos ojos llenos de lujuria, esos ojos que solo había visto una vez en su vida, era un conejito a punto de ser comido por un lobo y no podía hacer nada para evitarlo estaba a su merced o eso creía ya que cierta diosa susurraba palabras como; se sumiso, abrele las piernas, una vez no hace daño, hazlo, déjate llevar.

Se vio tentado, la manzana del paraíso estaba frente a él para ser tomada, no importa la posición en la que lo veas ambos estaban a punto de cometer un enorme pecado. El demonio adentro al hada como si fuera una necesidad latente, por lo que en cuestión de segundos se encontraban entre las sábanas con ambas miradas conectadas, el rubio sentía la necesidad de quitarle las prendas al chico que se encontraba debajo de él, poseerlo, hacerlo gritar de placer y pedir mas y mas, su juicio estaba nublado, no era el.

El hada lo veía con un enorme sonrojo en sus mejillas y podía sentir el calor subir por cada centímetro de su frágil cuerpo, estaba enloqueciendo. Fue cuando sintió algo húmedo sobre la piel de su cuello y esto era la lengua del rubio reclamando cada parte que estaba visible, en ese momento el demonio agradecia que los obligarán a usar ropa griega en algunas ocasiones porque está cubría muy poco. Las lamidas en el cuello se transformaron en besos y estos ósculos se convirtieron en mordidas reclamando un premio.

—Mm~ —gimió el castaño ante los labios ajenos que acariciaban su cuello con delicadeza y desesperación. Algo dentro de su conciencia le decía que eso estaba mal, era erróneo pensar en hacer ese tipo de actos indecorosos con el rubio, pero su cuerpo parecía estar dispuesto a correr el riesgo ya que, como si de un instinto animal se tratase, abrió las piernas de par en par invitando al invasor a explorar aún más su cuerpo, un planeta sin descubrir, tierra desconocida para el demonio donde el hada ya había ido, solo de pensar en ello le disgustaba, debía de reclamar ese delicioso postre para sí.