Lo Prohibido

CAPITULO 18: NAVIDAD Y AÑO NUEVO (PARTE 1)

A la mañana siguiente amanecimos algo cansadas pero nos despertamos a tiempo para poder bañarnos y cambiarnos; al estar listas tomé las maletas y las coloqué en la puerta, mientras Madelaine pedía un Uber yo me dirigí a mi habitación nuevamente para tomar mi bolsa y mi mochila donde tengo mi computadora, los cargadores, un Ipad y cosas que ocupo para trabajar, y pues claro en la bolsa tenía cosas importantes, mientras revisaba que nada faltara Madelaine me índico que el Uber estaba fuera de mi departamento, yo asentí y salí corriendo de mi habitación, tomé las maletas y bajamos.

Subimos al Uber y mientras el conductor nos llevaba al aeropuerto, Madelaine se acostó en mis hombros y yo le deje un corto beso en la frente, ambas sonreímos y nos tomamos de la mano; al llegar al aeropuerto baje las maletas, y caminamos hasta donde se encontraba nuestra aerolínea, en ella dejamos las maletas y nos indicaron que debíamos pasar a sala de abordaje.
Mientras estábamos despojándonos de nuestras pertenencias para entrar al detector de metales empezó a darme hambre y mi novia lo notó.

-Vaya...Vaya, alguien tiene hambre-. Río. –Ahora que salgamos de la aérea de seguridad pasamos a desayunar, aún el avión no llega, así que tenemos tiempo-. Sonreí felizmente y asentí.

Terminamos de pasar el área de seguridad, y mientras nos colocamos nuestras joyas caminamos hasta un restaurante. Entramos y nos llevaron hasta una mesa vacía, donde nos entregaron los menús; ordenamos y en lo que esperábamos Madelaine revisaba su celular, mientras que yo estaba trabajando en unos diseños para un local que tenía pensado hacer. Minutos más tarde llegó nuestro desayuno, empezamos a comer mientras platicábamos sobre cómo sería conocer a nuestros papás.

Rato después habíamos terminado de desayunar y ya nos encontrábamos en la sala de espera, donde nos percatamos que nuestro avión había llegado, así que nos levantamos y nos formamos, no nos importaba esperar paradas, solo queríamos irnos ya. Cuando por fin nos dejaron pasar, subimos al avión y noté que a Madelaine le había tocado ventanilla, y quería pelear por el asiento pero ella me hizo pucheros, y se lo deje.

Despego el avión, y ambas traíamos audífonos, veíamos el cielo y yo tenía mi cabeza recargada en su hombro, hasta que llegó una niña de 12 o 13años aproximadamente, y nos pidió un autógrafo, se lo concedimos y ella se fue muy alegre, y si te soy sincera no nos habíamos dado cuenta de la niña hasta que toco mi mano que estaba agarrada de la de Madelaine, se sintió extraño porque era un dedo pequeño y ambas nos distrajimos para ver, y fue lindo verla sonreír por un autógrafo y lo consiguió, de hecho quería una foto pero una azafata le índico que debía regresar a su asiento, ella lo entendió y se fue.

Horas después llegamos, Madelaine se había quedado dormida, así que la desperté con amor y sonriéndome me beso, sonreí y nos levantamos para bajar; saliendo del avión nos dirigimos a el área donde recogen las maletas, esperamos unos minutos y cuando empezaron a salir las maletas esperamos nuevamente para recoger las nuestras; rato después salieron nuestras maletas y las tomé. Salimos del aeropuerto y en la entrada se encontraba mi madre con un letrero.

-¡Bienvenidas a casa princesas!-. Sonreí.

Aquel letrero estaba en español, pero le indique a Madelaine que esa era mi madre y lo que decía el letrero, ella sonrió de la emoción y corrió hasta mi madre, cuando la tuvo cerca la abrazó y ambas lloraron, se me hizo el momento más tierno del universo, así que decidí tomarles una foto y guardarla. Mi madre minutos después me saludo, y me hizo saber lo mucho que me quería y extrañaba, le respondí que también la había extrañado mucho y ella sabía que era cierto.

En el camino mi madre y Madelaine estaban hablando, ella nos contó que había estado aprendiendo inglés solamente para poder hablar con Madelaine, eso me hizo sentir muy feliz y orgullosa de ella, así que le di un gran beso.
Llegamos a casa, mi madre me dio las llaves para abrir el garaje y ahí se encontraba mi auto, mi madre lo había guardado, pensé que lo había vendido, así que fui corriendo hacia ella y la abrace.