CAPITULO 32: SOFÍA CARSON (LA CENA)

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Al entrar nos dirigimos a nuestra mesa, donde al llegar nos entregaron los menús; checamos que nos gustaría cenar, y cuando quedamos totalmente decididas, lo ordenamos, y en lo que esperábamos mire a Sofía, que se encontraba algo nerviosa, no sabía si era porque quería hablar conmigo o por los paparazi fuera del restaurante, así que decidí hablar para tranquilizarla.

-¿Qué pasa Sofí linda? ¿Te preocupa algo?-. Ella negó con la cabeza y después me miro. –Dime, sabes que no va a pasar nada-. Ella ladeo la cabeza.

-Eso es lo que me preocupa, que no pase algo-. La mire confundida. –Sabes que me enamore de ti, desde que te conocí en persona, y he trato de hacer todo lo posible para que te fijes en mí, y cuando parece que lo logré algo malo surge...-. Suspire. –Daría mucho con tal de tenerte a mi lado como algo más que ser tu amiga y tu juguete, pero es imposible contigo, por eso quise que habláramos, para decirte en verdad lo mucho que te amo y quiero estar contigo, probablemente ahora me rechaces, pero no quiero quedarme con las ganas de decírtelo-. Me miro con los ojos cristalinos.

-Sofía...me lo pones tan difícil...-. Suspire para continuar. –Sabes que te tengo un gran cariño y apreció demasiado, pero no puedo corresponderte, no tengo ni las ganas, ni la mente y ni el corazón para estar en una relación, daría mucho por verte feliz, lo mereces y tener a una persona como yo a tu lado no es lo indicado y menos lo más sano para ti...-. Me miro con ganas de llorar y tomé sus manos por encima de la mesa. –Mereces a alguien que te amé, te respeté y te haga muy feliz, no creo poder hacerlo y tampoco creo ser la indicada, pero sabes que aun así puedes contar conmigo en lo que sea...-. Quiso interrumpirme pero no la deje. –He vivido muchas desilusiones amorosas, se que tu no eres como ellas, pero creí lo mismo, y caí, y termine lastimada, y yo no quiero que me vuelva a pasar lo mismo, menos ahora que me encuentro más estable-. Asintió con la cabeza y quito sus manos.

-Entiendo, simplemente no me amas, y jamás lo harás, siempre seré tu aventura o más bien...tu juguete, por eso me daba miedo decírtelo, porque sabría tu respuesta, pero una cierta parte de mi creyó que me amarías-. Su voz se fue cortando poco a poco.

-Sofía, yo no quería...es que...-.Me interrumpió ella y la mesera.

-Solo déjalo así, hay que cenar-. Asentí.

Mientras comíamos ninguna dijo algo, solo intercambiábamos miradas, era muy duro para mí y para ella, no quería hacerle daño, ella no lo merecía, pero conociendo mi nueva yo, no podía esperar algo más que dolor.

Terminando de cenar, me dirigí al "baño", pero en vez de eso me dirigí con la mesera y pague la cena, no dejaría que ella pagara esta cena, la recordaría por siempre y no quería eso, solo quería que ella pensara que era una cena más con alguien muy x en su vida. Regrese del baño y la ayude a levantarse, ella me sonrió y la pegue a mi, la abracé y después de dejar un beso de medía luna, hable.

-No quiero ser tan idiota contigo, creo que necesito mucho tiempo...-. Ella sonrió y me regreso el abrazo.

-Estaré aquí, lo sabes-. Asentí.

Cuando estábamos por irnos ella camino con la mesera para pagarle, pero la mesera le dijo que ya estaba todo pagado, rápidamente me miro y levanté las manos en signo de paz, ella me miro algo molesta pero no dijo nada. Saliendo del restaurante volvió a tomar mi mano, y cuando estábamos por subir a la camioneta, los paparazis corrieron hasta nosotras, así que Sofía se apuró a subir, y cuando lo logró corrí a mi lado; subí y maneje rápidamente sin dirección alguna.


Maneje durante unos minutos hasta que Sofía me dijo que tenía una sorpresa más, yo asentí feliz y maneje hasta la dirección que me volvió a indicar en el GPS; al llegar me di cuenta que era en un boliche, me alegre por ello, ya que tenía demasiado tiempo sin jugar.

Estando adentro del lugar, pedimos nuestra línea y zapatos, nos la entregaron y nos dirigimos muy felices; ya en la línea, nos colocamos los tenis y nos registramos en la tabla de los puntajes.

Sofía inició la partida, casi una chusa, pero le faltaban dos pinos; yo seguí y de igual manera casi una chusa, pero un pino me falto.

Disfrutábamos este momento juntas, era increíble cómo podía pasármela tan bien y sin preocupaciones con ella, en verdad me agradaba pasarla bien con ella y me sentía muy feliz por al menos pasar un buen momento juntas; lo que más me alegraba, era como ella no me odiaba, ella sabe hacer bien las cosas, y es algo que admiro mucho de ella.

Terminando de jugar le gane por dos puntos, ella se puso algo triste pero hice lo que pude para hacerla reír o hacerla feliz, con solo ver su sonrisa me bastaba; les juro que su sonrisa me hacía sentí muchísimo mejor, no sé, algo tiene ella y su sonrisa, que simplemente me encanta.

Decidimos tomarnos unas cuantas fotos juntas en el boliche y de igual manera individuales, decidimos que las subiríamos otro día, pero yo ya quería subirlas, este día había sido un gran día, aunque tuviéramos unos inconvenientes al inició de la cena y claro mientras platicábamos.


Regresamos a casa de Sofía, la ayude a bajar de mi camioneta y caminamos agarradas de la mano hasta la puerta de su casa; abrió la puerta y se quedó parada en el marco de ella, nos miramos por unos segundos y una sonrisa se formó en su rostro.

-Siempre me ha encantado tu sonrisa, no miento-. Se sonrojo más e intento ocultar su sonrisa. –Por favor, no ocultes esa sonrisa, que es una buena razón para seguir viviendo-. Sonrió y me abrazo.

Después del abrazo, nos volvimos a miras y yo corté las miradas, me sentía muy nerviosa.

-Perdóname por ser tan idiota, cuando resuelva todo, verás que seré alguien nueva, solo necesito tiempo y algo de ayuda, pero primero lo intentaré yo-. Ella asintió.

Decidí que era hora de irme, así que la abracé y cuando iba a darle un beso en la mejilla, ella se volteo, le di un beso rápido y me separé, la mire algo confundida, ella solo pidió disculpas.

Cuando iba de regreso a casa recordé que había olvidado a Luna con Sarah, así que le marqué.

Llamada con Sarah:

-Hola, buenas noches Sarah, creo que deje olvidada a Luna contigo-. Ella asintió y antes de decir algo más ella me interrumpió.

-Luna esta con la señorita Madelaine, puede pasar por ella, no se enoje conmigo por dejarla con ella, pero fue a buscarla después que se fue y ella notó que había olvidado a Luna, así que decidió llevársela-. Asentí y cambie de dirección.

Maneje hasta casa de Madelaine, y sentí alivió que Luna estaba con ella, aunque no podía sacarme de la cabeza el cómo olvide a algo tan preciado para mí, me arrepiento una y mil veces.

Al llegar a casa de Madelaine, corrí hasta su puerta y toqué; minutos después ella abrió con Luna en brazos, sonreí y ella me miro algo enfadada, me pidió que entrara y asentí. Estando ya en la sala tomé las cosas de luna y espere a que Madelaine se sentara, cuando lo hizo me miro molesta y se aferró a Luna.

-No puedes estar olvidando a Luna, es tu hija y es una gran responsabilidad, no puedes cambiar a este ser por una mujer e irte a hacer cosas con ella, y abandonar a Luna-. Reí cuando entendí que estaba algo celosa.

-¿Estás celosa?, sé que fue un error, pero no la deje en malas manos, confió en Sarah y sé que no haría algo malo-. Volteo los ojos y de mala manera me entrego a Luna.

-No estés celosa, perdóname, luego te compensó-. Le sonreí y me levanté.

Me despedí de Madelaine y maneje a casa, me sentía cansada y solo ocupaba mi cama para ser feliz, bueno y claro a Luna conmigo.

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