Vacío.
Eso es lo que siente Jimin.
Está en su cama, en la fría noche, junto a su marido, sin poder dormir. La proposición de amanecer despiertos y enredarse entre las sábanas había sido un desastre. Ahora, observa la oscuridad y su mente sigue dando vueltas y vueltas.
Su mente vuela a hace tres semanas atrás específicamente.
Cuando llamó a su abogado para decirle que quería solicitar el divorcio, él le dijo que tenía que tener pruebas, si no quería que su marido se quede con todo su dinero. Ni bien colgó la llamada se dirigió a su casa y busco las evidencias, para su desgracia la dichosa mochila no estaba donde debería estar. Quiso llorar de frustración, ¿En qué momento se llevó su prueba? ¿Para qué se la llevaría? Dentro suyo sabia la repuesta, Jaebeom había salido de improvisto de viaje según que, de trabajo, seguramente ahí se llevó la mochila. ¡Qué estúpido! Como no tomo las pruebas en su momento ahora mismo ya estarían haciendo los papeles para que corra a su favor.
No dándose por vencido, Jimin se dirigió al banco para transferir el dinero a otra cuenta. Sin embargo, se llevó una gran sorpresa al descubrir que el dinero que había ahorrado para el futuro de su hijo que planeaban adoptar había desaparecido. En su lugar, encontró que se había tomado un préstamo sin su conocimiento y que los intereses no habían sido pagados. El financiero le informo que su marido había sido el responsable de las transacciones y que, debido a la reputación de Jimin como director del segundo hospital más famoso, el banco había aprobado el préstamo sin demora.
Aquella noticia le sentó como si le hubieran extirpado los órganos vitales. Salió furioso del banco, no sin antes a ver regañado al inservible financiero. La cuenta era de él, aun si Jaebum era su marido necesitaban avisarle que se le estaba haciendo un préstamo a su nombre, pero estos imbéciles no le comentaron nada de nada. Llego a su auto, tomo unas cuantas bocadas de aire y...exploto.
—¡Hijo de puta! —grito dentro de su auto, en medio del estacionamiento, para su suerte no había nadie más ahí que el guardia que cuida los autos. El pobre hombre se asustó cuando lo escucho gritar, rápido salió del sector.
Park Jimin siempre había sido un hombre educado con principios. Él nunca mostraba sus emociones al público, siempre se colocaba su mascara de hierro para que nadie vea sus sentimientos a través de sus expresiones. No obstante, en ese momento todo rastro de racionalidad se estaba de ida por la borda. Maldijo hasta que se quedó ronco y los gritos empezaron a sonar como sollozos, al final termino apoyando su cabeza en el volante, sus manos apretaban fuertemente ambos extremos, lloro hasta que sentido que no le quedaba más lágrimas. Todo se lo había llevado Lim Jaebeom. Después, se limpió el rastro de lágrimas, se arregló y se puso en marcha hacia su infierno.
Posteriormente a eso, había conocido a un chico que anteriormente había ido a su consultorio para que le dé somníferos, Jimin en ese momento no le dio importancia porque su mente estaba en otro lado, sin embargo, descargo su ira con él negándose a darle la receta para las pastillas. Un día, de pura casualidad se encontraba siguiendo a su marido para tener prueba de su infidelidad, estaba en estado de ebullición, las manos le temblaban de anticipación. Él quería saber a dónde se dirigía su esposo, pero a la vez no.
Ese mismo día, se encontró con un chico siendo golpeado por otro hombre. No supo si fue el destino o solo una simple coincidencia. Él estaba por encender su auto cuando vio a su marido saliendo de la tienda de flores, ¿Para quién será esas flores? Se pregunto, pero dentro suyo sabia para quien era. Afuera, había dos hombres discutiendo, Jimin los miro de reojo para luego retirar la mirada y seguir centrándose en Jaebum.
—Dámelo. —ordeno uno de los hombres. Jimin supuso que era el que estaba mal vestido.
—No tengo dinero. —respondió el otro chico, forcejeando con el tipo mal vestido.

ESTÁS LEYENDO
Amarga Realidad
ФанфикCuando estás en una burbuja llena de amor y todo es de colores brillantes, una ilusión y sueño de gran amor. Pero todo eso se derrumba en un instante cuando descubres el engaño, que fue. El engaño con el que terminó muriendo el cuerpo, corazón y alm...