Amarga Realidad

capítulo 7

Por fuera se veía poderoso, seguro de sí mismo, pero por dentro estaba destruido y débil.

Agarró sus cosas, quería llorar, pero se aguantó. Se prometió que ya no lloraría por él, ya es pasado, ya le lloró bastante. Así que, se colocó su saco y salió a la intemperie, dejó que todos sus sentimientos se dispersaran con el viento helado, solo quería llegar a su departamento y descansar.

Pero, claramente no pudo hacerlo.

Jaebum llegó hasta donde estaba Jimin, estaba furioso. Agarró bruscamente el brazo de Jimin para que este deje de caminar, con rapidez lo volteo para que lo mire, tal acción hizo que el brazo de Jimin doliera.

—¿Hace cuánto lo sabes? —gruño, acercándose a Park, sintiendo el aliento del otro, Jimin lo miró sin poder creerlo.

—¿Es que tienes derecho a preguntarlo? — respondió mientras se zafaba del agarre. Ignorándolo, se dio la vuelta para ir a su coche. Jaebum volvió a jalarlo del brazo bruscamente. Esta vez, Jimin hizo una mueca de dolor.

—Jimin, responde ¿Hace cuánto que lo sabes? — escupió cada palabra con los dientes apretados. Park lo miró, como si pudiera ver el alma de su marido, daría todo por saber que pensaba, que sentía ¿Es en verdad tan cínico como estaba haciéndose ver? ¿Cómo es que fue verdaderamente tan ciego? Sin ganas de pelear y sin nada que ofrecer, Jimin quería darle un puñetazo para que lo soltara y así él pueda irse a casa tranquilo.

—Encontré tu otro teléfono—sin quererlo la voz le salió lastimera, ¿Por qué demonios se siente avergonzado? Fue a él a quien engañaron. Cambió la mirada herida a una fría, lo miro directamente a los ojos y le respondió, lo que él tanto quería escuchar—, el día de tu cumpleaños y de nuestro aniversario. —escupió jalando su brazo de regreso.

—¿Qué? — haciéndose para atrás Jaebum quedo sorprendido porque él pensó que alguien de su círculo de amigos lo había traicionado. Aunque si lo pensaba bien, a ninguno de sus amigos le caía bien Jimin, siempre lo vieron muy antipático— ¿En mi cumpleaños? —preguntó aun sin poder creerlo, que todo haya sido su culpa. Fue tan descuidado, pensó que el estúpido de su esposo jamás se daría cuenta, después de todo Jimin confiaba plenamente en él.

Jimin se sintió herido, que solo recalcara su cumpleaños y no le diera importancia a su aniversario. En su interior estaba gritando de dolor, en el exterior estaba totalmente serio. Si antes quería espabilar todas sus emociones, ahora ya no. Al ver la reacción de Jaebeom, se dio cuenta que él en realidad no sentía ningún remordimiento, y si lo sentía estaba seguro de que ni siquiera era por él. Ahora estaba furioso.

—Y dime ¿Por qué ahora? — preguntó airado, después de haberse echado la culpa por ser tan descuidado—¿Por qué hoy?—preguntó enojado de que haya estropeado la fiesta de Bambam—¡Dime!—exigió, Jimin se quedó callado mirándolo, no podía creer lo que estaba escuchando— Tenías que habérmelo dicho antes, deberías...—trago aire—¡Deberías haber hablado conmigo antes de hacer un escándalo como este! — gritó rabioso ya sin poder contenerse, dando una vuelta entera con los brazos abierto— ¡Y, vengarte de mí de esta forma!—se acercó inesperadamente a Jimin—¿Por qué has hecho esto?—exigió saber cabreado, pinchando el dedo en el pecho de su esposo, haciéndole doler esa zona. Jimin ya no aguanto más y explotó.

—¿Hablaste tú conmigo, Jaebum? —empezó a decir apartando el dedo acusador de su pecho—¿Te atreviste a hablar conmigo mientras tenías tu aventura durante todos estos años? ¡Cómo te atreves! ¿Fuiste honesto conmigo? —apuntó a Jaebeom para luego apuntarse él mismo.

Jaebum quedó estúpido al escucharlo, porque, aunque no quisiera admitirlo era verdad lo que él decía. ¿Qué hubiera hecho él? ¿Lo hubiera dejado? No. A pesar de que a veces le aburría su esposo, él jamás dejaría a Jimin. La culpa empezó a carcomerlo, pero no podía evitarlo, amaba también a Bamba y él egoístamente quería estar con ambos.