Capítulo 14

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Terminó su travesía por Japón.

Era hora de volver.

Pero, cierta persona se mostraba reacio al hacerlo.

—Vamos, en otro momento podremos venir otra vez.—lo rodeo con sus brazos.

—Pero, ¿y si no volvemos?

—Lo haremos.—le dio un beso.—Podremos venir en la luna de miel aquí.

—Ummm....suena bien.— susurró dejándose llevar.

—Ahora vamonos.—Agarro su mano antes de que se arrepintiera, lo subió al taxi, y se fueron.

Jimin, se cruzó de brazos como un niño que le hubieran quitado su paleta. Él no quería irse, pero sabía que tenía que hacerlo, así que solo le quedó aceptar.

En el avión fue igual de tedioso como la venida. Jeon se puso mal, él tuvo que hacerle mimos para que se olvidará de la altura, lo besó, lo masajeo, le hizo piojito hasta que se quedó profundamente dormido.

Llegaron a su departamento, totalmente cansados. No quería saber nada de viajar por el momento. Fueron directo al cuarto de Jimin. Se bañaron, y se metieron a la cama. Fue un día cansador.

Al amanecer, Jungkook se removió. Tenía que ir a trabajar aunque no quisiera ir, pero tenía que hacerlo. Si quería mantener a su amiguito de ahí abajo, porque Hoseok lo amenazó si no llegaba en tres días que se olvidará de tener descendientes. De todos modos no lo iba a tener, pero quería conservarlo para propósitos futuros.

Se levantó, estirándose casi dio un paso adelante cuando una mano salió disparada de entre las sábanas.

—Cinco minutos más.— dijo un adormilado Jimin.

—Cinco minutos más —sonriendo, se colocó al lado de Jimin, abrazándolo.

Ya se estaba durmiendo cuando en despertador sonó, ya tenía la alarma  programada por si se dormía eso Cinco minutos. A regañadientes se levantó, dio un beso a Jimin y salió diciéndole que volvería temprano.

Jimin se la pasó durmiendo, todo la mañana  a las tres de la tarde se levanto. Desayuno y almorzó al mismo tiempo. Limpio y acomodó su ropa del viaje, se encontraba comiendo comiendo xereal cuando sonó su celular. Era Jaebum. No contestó.

Siguió haciendo sus quehaceres, hasta que volvió a sonar su celular, esta vez siendo Taehyung quien lo llamaba.

—¡Hola, Tae Tae!

—¡Buenas tardes, Chim!.—No pudo pronunciar nada más cuando Tae hablo velozmente.—¿Cómo estuvo?¿todo salió bien?¿Te encantó conocer Japón?¿dónde se hospedaron?¿Ya dieron otro paso más grande? Y a lo grande me refiero a lo carnal.

Park Jimin enrojecio en ese momento.

—Noooo, Tae. Para.—Suspiró.— La pasamos bien, todo fue espectacular. El hotel era hermoso, tenía una vista impresionante, y no, no dimos otro pasó carnal.

—Ah, solo de amiguitis.—Agarro aire tenía que decircelo, al menos a él que ya lo consideraba una persona especial.— Yo pensé que.....—no pudo seguir porque Jimin lo interrumpió.

—Nos vamos a casar.

En ese momento,  no se escuchó ni el zumbar de las moscas, ni el aire se sentía.

—¡¿Qué!?.—carraspeo y volvió a decirlo.

—Que nos vamos a casar.

—¡Oh! ¡Cuéntame todo con lujo de detalles!

Amarga RealidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora