Capítulo 1

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Él estaba feliz, ya que cumplían once años de casado con su tan querido esposo, ya tenía planeado lo que quería hacer para Jaebum.

La fiesta sorpresa ya estaba hecha, solo faltaba horas para que él fuera a la casa y terminará los últimos retoques.

Salió de casa con la excusa de que tenía que trabajar, ya que su jefe le dio permiso por ese día. Tuvo que hacer unos sacrificio para tener libre ese día, porque valía la pena.

Por él.

Jimin recogió el pastel de aniversario, tan risueño como siempre, ya tenía ideas para esa tarde y más para esa noche.

Iba tan feliz cantando en voz alta sin importar lo que la personas piensen. Sus amigos ya sabían de la sorpresa que él estaba haciendo, quedaron en una hora asignada pero Jimin decisión adelantarse para darle una probada de lo que vendrían en la noche, él ya tenía todo preparado.

Así que, llegó al departamento donde tuvieron su primera vez con su amado esposo, su casa de amor y felicidad.

Entró tan silenciosamente, para no ser notado por su amado, camino lo más lento y despacio posible.

Cuando de repente escuchó gemidos. Él pensó que ese hombre estaba haciendo de las suyas y estaba pensando en él ya que no se habían visto en tres semanas porque tuvo que viajar de emergencia sobre asuntos del trabajo y no les dio tiempo de intimidar.

Riendo, Jimin se quitó su ropa y se quedó con el conjunto de lencería color rojo que se compró para él y agarró el pastel, abrió la puerta tan despacio, estaba a punto de decirle "sorpresa, mi caramelito". Cuando lo vio, encima de alguien más que no era él, viéndolo moverse tan salvajemente, viéndolo gemir de esa manera cuando con él no lo hacía y de repente escucha el gemido de la otra persona. Se le cayó el corazón que se rompió en mil pedazos y fueron esparcido por toda la casita de amor y felicidad.

Su mejor amigo.

Estaba jodiendo con su mejor amigo.

Ellos ni siquiera lo notaron, ni siquiera notaron los pasos que se alejaban, ni el portazo que dio. Ellos seguían en lo suyo estaban tan perdidos en el placer carnal que no vieron como mataron a una persona en vida.

Jimin salió huyendo del lugar, se sentía traicionado, dolido, decepcionado, destruido, desilusionado. Todo lo que creyó, todo lo que le prometió, todo lo que vivieron quedó en nada. Sólo eran palabras vacías, hechos sin importancia, se dio cuenta que todo su matrimonio fue mentira.

Llorando y temblando se fue al parque a la parte más silenciosa, y lloró, lloró y lloró hasta que las cuerdas vocales se le desgastaron, hasta que sus ojos ya no podían soltar más lágrimas, hasta que su nariz estaba tan roja que dolía, dolía todo hasta lo que no tenía que doler, le dolió.

No se dio cuenta cuando sus amigos empezaron a llamarle y enviarle mensajes preguntando "¿A qué hora vienes?" "¿Dónde estás?" "ya va ser la hora y tú nada que llegas" "Siempre nos haces esperar, apúrate sabes que a Jb no le gusta esperar"

Jimin se sentó guardando su celular. Ahora mismo no le importaba nada y no estaba para leer ni escuchar ninguna llamada y mensaje, así que los ignoro. "Solo por unos momentos, quiero estar tranquilo", pensó. Espero y espero, hasta que se dijo que era hora, tomó bocadas de aire, se arregló su ropa y fue hasta la tienda para comprar otro pastel porque el que llevó quedó arruinado en el parque, de pasó se compró hielo para sus ojos hinchados.

Mientras preparaban el pastel, se dirigió al baño se lavó la cara y puso los cubitos de hielos que se compro en la tienda de alado en una toalla para luego posarlos en sus ojos. De tan solo recortar quería llorar otra vez, pero no le daría el gusto.

No lo iba hacer.

Iba a ir hacia "su casa" y fingiría que todo estaba bien hasta que estuviera a solas con él.

Valor.

Valor era lo que necesitaba para enfrentar todo en esa fiesta. Y lo haría. Se dio una última mirada en el espejo comprobando que estaba bien arreglado. Una vez satisfecho con su arreglo, dio la vuelta saliendo del lugar para encaminarse a la batalla.

Se paro frente al edificio respiró unas cuantas veces más y entró.

Vio a todos sus amigos riendo, alegres, sin saber todo el dolor que conllevaba él. Camino mientras ponía unas de las sonrisas más falsa que ni él sabia que tenia, se hizo paso entre todas esas personas, hasta que llegó donde su marido.

En ese momento se congeló. No estaba solo, estaba riendo con el mejor amigo de Jimin. Si, el mismo con el que estaba en la cama tan solo unas horas antes, le dieron ganas de vomitar, se lo trago todo. Empezó a temblar por retener tantas cosas en su pequeño cuerpo en tan pocas horas, por poco casi tumba otra vez el pastel que compró recientemente. Estaba tan aturdido que no sintió el agarré de unas manos.

Unas manos que estaba odiando en ese momento.

—Cerecita, ¿esto es para mi?—Jaebum se acerco mirándolo tiernamente hablándole con ese tono dulce que siempre le encanto. Le dieron ganas de arrancarles los ojos y romperle todos los dientes de aquellas vil sonrisa que guardaba tantas mentiras.

Jimin, se daba ánimos mentalmente y sonriendo le dijo:

—Si, es para ti. — Entregándole el pastel, volvió a mirarlo a los ojos y le dijo: —"Feliz aniversario de once años juntos , amor".

Amarga RealidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora