Luna Mía

Capítulo 18 Reencuentros

-Esta si que ha sido una semana de locos- menciona Philippe dejándose caer en el sofá de su casa con un par de cervezas en mano.

-Ni que lo digas-Daniela toma la cerveza que le ofrece y da un largo trago- una semana atrás yo estaba pasando un hermoso fin de semana familiar pensando en lo afortunada que era de tener a María José como mi compañera de aventuras y estabilidad en los restaurantes y ¡pum! Ahora en Los Ángeles mi restaurante trabaja a mitad de la capacidad con una cocina en reconstrucción, el de aquí tiene que moverse de local debido a que el arrendador no quiere modificar nada en su preciado inmueble, y Majo me demostró que las palabras se las lleva el viento y que el jugar a la familia feliz era eso, solo un juego.

- ¿Has hablado con ella? ¿Al menos te explicó que pasó esa noche?

-Punto número uno: no quiero sus explicaciones. Punto número dos: todos los días me manda mensajes y yo los dejo en visto o respondo "estoy ocupada" así que hablar, hablar, no la he dejado.

- ¿Qué piensas hacer?

- ¿con qué?

-Pues con Majo, ¿Cómo que con qué?

-Nada, le mandaré un mensaje donde le pida me dé tiempo de organizarme y cuando vuelva hablaré con ella. El que tengamos que movernos a una nueva instalación me da el pretexto perfecto para estar lejos de ella, aunque eso implica estar lejos de los niños y la verdad es que si los extraño demasiado.

-Yo me puedo hacer cargo del restaurante, no es necesario que te quedes, puedes ir y vivir tu vida feliz en Miami.

-Lo sé, pero ir a la casa Báez a vivir bajo el mismo techo que Majo solo me haría miserable, además aquí puedo tener mi mente ocupada y con la distancia matar de a poco esto que comenzaba a crecer en mi corazón.

-Estas cometiendo un error al no hablarlo con ella, pero es tu decisión, no la mía. En fin, mañana hay brunch, Aymeric va a llevarnos el listado de posibles locales para la mudanza así que será mejor que vayamos a dormir que nos espera un largo día.

Al día siguiente se dieron un poco de tiempo durante el servicio de brunch para atender a Aymeric y después de un buen tiempo analizando cada espacio propuesto por el hombre optaron por al día siguiente visitar el top tres de espacios que eligieron los cuales contaban con todos los requerimientos tanto de las especificaciones de bomberos como de las exigencias de la chef.

-Muchas gracias por todo Aymeric, estoy segura que el día de mañana lo terminaremos brindando por tener nuevo local para el restaurante- se despide y al dar la vuelta choca con una mujer que no esperaba encontrar ahí: Charlie. A lo largo de sus vidas sus caminos se han cruzado en momentos cruciales donde sus corazones no se encuentran disponibles para abrirse a la otra, sin embargo, la atracción entre ambas ha estado presente en cada ocasión en que se topaban.

-Pero esta sí que es una grata sorpresa, así hasta me dejo golpear más seguido- menciona Charlie sonriendo ampliamente logrando sonrojar a la chef que en ese momento se disponía a regresar a la cocina y fue por eso que no supo de donde salió ese tan bien trabajado cuerpo con el que se estampó.

-Charlie por Dios, que gusto verte, discúlpame por el golpe, ¿Estas bien? ¿necesitas algo? ¿de qué manera compenso mi torpeza?

-Uno: estoy bien, no fue nada. Dos: una nueva limonada mineral no me caería mal. Tres: ¿cenamos? Hay que ponernos al día de nuestras vidas y no se me ocurre nada mejor que invitarte a cenar, porque al ver tu atuendo creo que sigues trabajando y no te quiero interrumpir.

-No interrumpes nada, de hecho, solo necesito ir a revisar que todo esté en orden en la cocina y podríamos comer juntas.

-Me parece perfecto, yo iba a comer en la barra, pero ya que me acompañarás, no sé si ¿quieras que estemos en el jardín?, el día está hermosamente helado, perfecto para un café o una sidra caliente.