Nine months [Finalizada]

Capítulo 5

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Aquellas palabras del Alfa de cabellos azabaches y ojos azules transformaron el ambiente en uno frío y lúgubre, aún cuando el sol se posaba en lo más alto de aquel cielo azul y los rayos de este iluminaban la isla.

—"Tanaka-san, Kyoko-san".— El pequeño Omega llamó la atención de los padres primerizos y de los demás presentes. —"Lo lamento, pero creo que me retiraré por ahora, no me siento muy bien".— El rostro de Hinata se veía con pequeñas gotas de sudor, sus mejillas empezaron a tomar un color más rosa y sus ojos estaban de un color más claro y vidriosos. —"Igual tengan ambos presentes que estoy feliz por la llegada de tan preciado cachorro. Es hermoso".— Cortésmente le indicó a sus compañeros una reverencia y dio media vuelta retirándose del lugar.

—"Kageyama"— La voz de Suga sonaba más gruesa de lo que el Alfa menor recordaba. El oji azul se giró y posó su mirada en los ojos del Omega mayor. —"Si no vas tras Hinata en este mismo instante, yo personalmente me haré cargo de cortarte eso que llevas en medio de tus piernas"— sus ojos se veían más grandes y emanaba un aura amenazante que provocó un escalofrío a más de uno de los que estaba allí.

—"Mmm. Igual Sugawara-san, ¿qué puede esperar de un 'Rey' egocéntrico y egoísta como él? Es normal. No ha cambiado nada desde la secundaria. Pero estoy de acuerdo con Sugawara-san 'Rey'. Aunque Hinata pueda ser un dolor de cabeza sigue siendo un compañero importante para mí. Lo lastimas y te mato".— Tsukishima había desarrollado cierto cariño por el pequeño Omega, casi hasta el punto de verlo como un hermano menor.

—"Yo ayudaré a Sugawara-san si lastimas a Shoyo. Conozco diferentes métodos". — Aunque Kenma podía ser calmado, y casi pasar desapercibido, cuando alguien se metía con su mejor amigo no podía evitar enojarse. Inclusive si esa persona era alguien cercano al Omega de cabellos naranjas, a Kenma le importaba poco.

Kageyama chasqueó su lengua y de mala gana fue tras su Omega.

El camino hacia su casa fue silencioso e incómodo para ambos. Aunque Hinata respetaba la decisión de Kageyama, no podía evitar sacar a flote su instinto 'maternal'.

Una vez adentro de su hogar, la pareja no podía evitar no mirarse mutuamente. Kageyama se sentía algo presionado, pero a la vez enojado, en cambio Hinata se sentía culpable y triste.

—"Iré a ducharme". —

—"Hinata... Te amo. Lo sabes, ¿cierto?". — Kageyama mantenía su cabeza gacha y sus puños cerrados. Su voz sonaba fría y dura.

Hinata giró su cuerpo y se acercó al Alfa. Tomó con sus manos el rostro del contrario y besó delicadamente sus labios. Ladeó su cabeza y le sonrió a su pareja.

—"Lo sé Kageyama. También te amo".— Hinata volvió a besar el rostro del Alfa y siguió su camino adentrándose más a su hogar.

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