Corazones Rotos

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-¡Debemos irnos!

-¿Qué? No podemos dejar a Kara, Alex y Bruce.

-Lena, están destrozando la puerta, no podremos contra todos.

-Arton tiene razón. - añadió Dr. Frío.

Los talons seguían golpeando la puerta metálica, era lo único que los contenía, a cada golpe la puerta se doblaba y el hierro quedaba con marcas de puños y garras

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Los talons seguían golpeando la puerta metálica, era lo único que los contenía, a cada golpe la puerta se doblaba y el hierro quedaba con marcas de puños y garras.

Algunos disparos aún se oían, además de gritos desgarradores y agentes gimiendo de dolor. Lena se encontraba desesperada intentando decidir si quedarse y esperar a sus amigos, además de la mujer que ama o dejarlos atrás y salvarse.

-Vienen por ti, Lena. Y no se detendrán. Kara y Alex estarán bien, seguramente Bruce está con ellas y, ¡por Dios! Es Bruce, ya una vez venció a La Corte, Lena... por favor, vámonos - Arton sujetó las manos de Lena suplicándole que huyeran - Yo sé cómo detenerlos. - sentenció de pronto, haciendo que por primera vez Lena se enfocara en ella.

-¿Cómo?

-La Corte, ellos tienen el veneno para acabarlos, sé dónde está.

Víctor observaba a las dos mujeres, cuando de pronto una parte de la puerta metálica chirrió de manera estruendosa, los tres voltearon a la puerta y pudieron ver como un brazo lleno de plumas quemadas y grandes garras filosas cortaban el metal sin esfuerzo. Inmediatamente, el doctor Frío comenzó a tirar una ráfaga de aire helado haciendo la garra del talon retroceder, de igual manera, comenzó a pasar su energía fría por todo el contorno de la puerta intentando sellarlo de ese modo, nuevamente el talon golpeó la puerta rompiendo el hielo y sacando su mano por la puerta, el doctor Víctor hizo una especie de estaca de hielo y la clavó haciendo chillar al humanoide. Un sonido tan desagradable que Lena y Arton se cubrieron los oídos.

-¿POR QUÉ LO DICES HASTA AHORA? - le reclamó Lena a la Talon.

-No tenemos tiempo para reclamos señorita Luthor - Víctor sujetó a Lena del brazo y comenzó a jalarla hacia una puerta con la leyenda "salida de emergencia" - debemos salir de aquí o no quedará nada de usted para salvar.

-Lena, yo... no sabía que esto se iba a complicar de este modo.

-No digas nada, sólo vamos hasta donde está el veneno.

-Espera - la atajó Arton, ya que Lena estaba decidida a salir de la DEO. Le quitó a Lena el saco que tenía puesto - discúlpame por lo que haré.

-¿Qué harás? ¡Auch! - ágilmente Arton sacó una de sus cuchillas y pinchó la palma de la mano de Lena que enseguida comenzó a sangrar, después con su saco intentó detener la hemorragia manchándolo de sangre. Después tomó el saco y lo echó dentro de una habitación que fungía como depósito de armamento - eso tal vez los distraiga un poco. Acto seguido escribió con una exactitud la ubicación donde irían. Sobre la hoja se leía:

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