"El Señor es mi pastor, nada me faltará, aunque camine entre valles de sombras y de muerte, no temeré mal alguno, porque tú Señor me acompañas, tu vara y tu cayado me protegen..."
Un ataúd, un día nublado y gris, todos los presentes con la ropa reglamentaria, negra, el color del duelo.
"Hoy nuestra hermana parte a un lugar mejor y limpiará Dios toda lágrima de sus ojos; y la muerte no será más; y no habrá más llanto, ni clamor, ni dolor: porque todo lo malo habrá pasado"
Los profundos ojos azules de Kara soltaban enormes gotas de lágrimas, se despedía, daba su último adiós al amor de su vida.
El ataúd bajaba para ser enterrado de manera definitiva y a cada centímetro de descenso sentía romperse aún más su corazón.
"¿Cómo fue posible?" se preguntaba, bajó la vista, borrosa enjugada por las lágrimas, abrió sus manos que antes tenía en puños y las miró, "¿cómo fue posible?" se repitió, ¿cómo fue posible que dejara escapar así a Lena?, ¿por qué lo permitió?. Con todo el odio contenido en su interior, cerró sus manos en puños y salió volando del funeral.
En el castillo Wayne, Bruce se encontraba en su enorme sala, sentado en un costoso sillón con una botella de whisky en la mano, aún tenía su pijama y sin embargo se notaba que no había dormido desde el ataque de los talons, desde aquel fatídico día en que perdió a su mejor amiga.
"No tengas miedo Bruce, es sólo la oscuridad de una cueva, papá dice que no hay que temerle a la oscuridad, que no existe, que lo que percibimos como oscuridad es sólo la ausencia de fotones"
Una Lena Luthor de seis años venía a los recuerdos Bruce Wayne, cuando él tenía sólo diez años, el día en que los padres de ambos firmaban la asociación de sus empresas. Lena había bajado en lo profundo de la propiedad de los Wayne, siempre le gustó la aventura y quería saber que podía encontrar en aquella cueva, misma, que terminó siendo el escondite de operaciones de Batman.
"Batman..." se repitió Bruce, "un Batman, que no pudo salvarla". Enojado ante tal pensamiento arrojó su botella que se hizo añicos al momento de tocar el piso. Comenzó a sollozar, de manera abrupta su cuerpo comenzó a convulsionar por el llanto y el dolor, no concebía la idea de un mundo sin Lena Luthor.
Un crujir estruendoso de su techo y partes de concreto al caer dejaron ver a la figura que había llegado hasta su mansión. Kara Danvers estaba frente a él, flotando. Lo miraba con unos ojos de un rojo escarlata brillantes. Muy despacio aterrizó, primero uno de sus pies tocó la duela llena de polvo y concreto, para después asentar el otro y nivelar su peso.
-Comprendí algo en el funeral de Lena, Bruce... y es que, para lograr mi cometido, eres tú quien debe desaparecer.
Sin que tuviera tiempo siquiera de procesar esas palabras, pudo sentir el ardor en su pecho, sintió el aroma de su carne quemarse, una vez, en un restaurante en exceso elegante de una ciudad en Egipto, le habían servido cerdo, era un platillo muy fino e insultantemente caro, el chef en persona se había acercado con un asadero sobre ruedas y puso los trozos de carnes sobre las brasas, "huele exquisito" le había dicho al chef como cortesía y porque en verdad le gustaba el antojable aroma "nunca olvidaré su olor" dijo, y es verdad, no lo olvidó, ya que el aroma de su pecho quemado le recordó aquel cerdo que iba a cenarse. Y ese fue el último recuerdo en la memoria de Bruce Wayne antes de terminar con un enorme hoyo en pecho, podía verse a través de él, los bordes de su piel quemada en donde antes había un corazón estaban aún borboteando por el calor recibido.
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Humano
FanfictionSuperGirl se verá forzada a enfrentar sus más profundos miedos, esta vez sin ayuda de sus amigos y hermana. Deberá decidir entre el amor y el deber que su naturaleza le confiere ¿humano o kriptoniano? Aprenderá las maravillas de serlo a manos de Len...