What If... 2

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La habitación estaba fuertemente iluminada, el sol dejaba entrar sus rayos de luz a través de las ventanas. Afuera, la brisa marina se respiraba fresca, la arena del mar era tan blanca que la espuma de las olas combinaban perfecto.
La cama suave tenía unas sábanas blancas, delicadamente se encontraban enrolladas en unas piernas blancas y largas, la suave y tibia piel fue acariciaba por unos elegantes y largos dedos de uñas perfectamente cuidadas, se deslizaron sin prisa desde el tobillo hasta lo más alto, recorrieron la estética pierna hasta subir por el muslo. La piel sintió la concienzuda caricia y se erizó. Se removió muy lenta y perezosamente rozando su cuerpo con la suave cama.

-Despierta Kara

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-Despierta Kara. - La voz de Lena se escuchó en un bajo susurro.
Un pequeño gemido gutural se oyó en la garganta de Kara, quien somnolienta se estiró pesadamente. Abrió sus pequeños ojos azules y la sorpresa de ver a Lena la dejó pasmada. Los profundos ojos verdes de Lena la miraban fijamente mientras su mano seguía jugueteando con su delicada piel, presionando tiernamente sus muslos.
-Lena - soltó en un suspiro y la abrazó rápidamente - eres tú.
-Sí, soy yo. Lena devolvió el abrazo, Kara aspiró hondo el aroma de su cabello.
-Eres real, estás aquí.
-Kara, ¿sucede algo?
-Yo…
Flashazos de recuerdos vinieron a la mente de Kara quien rápidamente se tocó la cabeza mientras sentía que un agudo dolor le punzaba.
-¿Te encuentras bien?
Desconcertada, Kara miró nuevamente a Lena.
-No lo sé.
-Estas cansada mi amor, déjame ayudarte.
Con un suave beso Lena recostó a Kara sobre su cama, la mano que había dejado la suave piel de su pierna volvió a su trabajo acariciando nuevamente. Se acercó cada vez más, muy despacio, a la unión de sus piernas mientras seguía besando lentamente a Kara. Los besos bajaron hacia su cuello y lo mordieron de manera tierna, los labios recorrieron su clavícula hasta llegar al hombro y nuevamente mordieron de manera delicada, Kara soltó el aire que se encontraba en sus pulmones, su anterior acompasada respiración comenzaba a convertirse en un ruego sensual por un poco de aire. Comenzó a acelerarse el acompasado ritmo en su pecho clamando por un poco más de aire. Un suave gemido salió como no queriendo de su boca, mismo que Lena aprovechó y volvió a besar sus labios a comer y disfrutar de su boca, su sabor. Sus hábiles dedos recorrían su entrepierna hasta llegar a su centro, al tocar ese punto Kara arqueó la espalda por un momento. Torturando, Lena recorrió la suave y húmeda piel de Kara, desde el clítoris que ya había había castigado con suaves caricias, hasta su entrada.
-Estas muy mojada - susurró a su oído y después mordió su oreja. Kara se sonrojó por el comentario de Lena quien continuaba con las caricias.
Volvió a besar sus labios y recorrió su lengua por ellos. Veía cada reacción de Kara y se excitaba al verla tan dispuesta sólo para ella. Se detuvo por un instante y Kara levantó ligeramente la cadera buscando sus habilidosos dedos.
-¿Lo quieres? - cuestionó a Kara quién se encontraba con los ojos cerrados disfrutando el momento. -¿Lo deseas?
-Sí.
-Pídelo.
-Por favor… - jadeos de excitación escapaban de su boca.
-Por favor, ¿qué? Kara.
-Hazlo.
Deliberadamente, muy lento, comenzó a entrar en Kara quién echó la cabeza hacia atrás excitada por el placer que tenía al sentir a Lena introduciéndose y abriéndose paso en ella muy despacio.
-Abre los ojos Kara… - ordenó Lena - mírame, quiero verte.
Kara abrió sus ojos, los cuales se encontraban dilatados por el placer, parpadeaba rápidamente mientras intentaba centrar su atención en los ojos verdes de Lena; boqueaba en busca de aire, su excitación no le permitía pensar de manera razonable, sólo quería sentir más, sentir a Lena, sus manos, sus besos, sentir su mirada sobre ella. Con un hábil movimiento Lena tocó la parte más sensible en Kara arrancándole un sonoro orgasmo que la dejó sin aire, con el corazón acelerado y con la mente algo confusa. Esperando a que se recuperara de tan fuerte orgasmo, Lena miraba a Kara recuperar la respiración mientras acariciaba su rubio cabello.
-Te ves extremadamente hermosa cuando disfrutas de un orgasmo, ¿lo sabías?
Kara sonrió y se ruborizó al instante, apenada por el comentario de Lena.
-Es que tienes una habilidad increíble para hacer el amor.
Lena sonrió ante el comentario de Kara, besó su frente y se levantó de la cama.
-Haré algo para desayunar.
Dicho esto, se retiró de la habitación, una habitación que Kara no reconocía, por lo que se preguntó cómo había llegado hasta allí. Pensó en qué fue lo último que recordaba antes de despertar en ese lugar y nuevamente flashazos de lo que parecía una guerra y destrucción vinieron a su mente haciendo que le duela la cabeza. Cansada de la sesión de sexo y su intento frustrado de recordar, cerró un momento los ojos.

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