6. NÁUSEAS

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 El día había sido agotador para Minho, había tantos turistas que querían abordar el barco anfibio, especialmente porque sabían que contaba con una nueva tecnología. Para Choi, mostrar el barco a personas de otros países era un motivo de orgullo. En cualquier lugar al que iba siempre alababa en voz alta a su ejército.

Alrededor de las 5 de la tarde Minho consideró que sus actividades como guía del barco habían terminado. No había salido a almorzar y ni siquiera tenía hambre, aún así, iría a su cuartel a cambiarse de ropa. Estaba ya emocionado.

Eran las 6 en punto cuando llegó al muelle 12. Franz ya estaba allí, charlando cómodamente con una chica rubia y excesivamente bronceada. Vio algunos hermosos veleros y su cara se iluminó. —¡Hey, Sargento Choi!  —Vön le hizo señas como saludo con su mano derecha. —¡Hola!  —Saludó Minho con amabilidad.

 Franz los presentó con una amplia sonrisa. — Ángelien, el Sargento Choi Minho. Sargento, les presento a mi querida amiga Ángelien, la mejor velerista del mundo.

Ángelien interrumpió con una carcajada. —Jajaja, no le hagas caso, Sargento. Franz solo está bromeando para intentar llevarme a la cama, pero ya le he dejado claro que no estoy interesada en cambiar pañales.

Minho se quedó sin palabras, no estaba acostumbrado a comentarios sexuales tan directos, especialmente viniendo de una mujer.

—Es solo una broma, Sargento, no pongas esa cara. Mejor vamos a empezar, veo que ya estás preparado con tu traje de neopreno —continuó Ángelien, cambiando el tono.

Fue entonces cuando Minho se dio cuenta de que Ángelien hablaba algo de coreano, lo suficiente para entenderse.

—¿Cómo es que hablas mi idioma?   —preguntó sorprendido.

—¡Ah, Franz me ha enseñado aquí! —respondió Ángelien con entusiasmo.

—Entonces, me retiro y los dejo para que se diviertan. —¿Qué?, no, Franz, te traje el velero que te gusta para que nos acompañes a navegar.

—Aprecio tu oferta, Ángelien, pero no puedo —contestó Franz.

—No, no puedes hacerme esto, Sargento, dígale a Franz que nos acompañe por favor — intervino Ángelien.

Ante esta situación, Minho se vio obligado a ceder, después de todo, ellos eran amigos y él solo un invitado.

—Sí, Vön, únete a nosotros, no te preocupes por lo que dijiste ayer sobre los diez minutos. A veces no podemos hacer lo que queremos, tu amiga es muy amable y no creo que debas de irte, intentó tranquilizar Minho, aunque con cierto disgusto, pues no esperaba verse en esta situación, pero debía soportar a Franz si quería disfrutar del velero.

—Pero yo... estarías incómodo todo el tiempo, no me gustaría que...

—¡CHICOS, VÁMONOS! —gritó Ángelien mientras ondeaba un traje de baño para Vön.

—¿Ves? No puedes irte, ella ha pensado en todo —reparó Minho, 

Los gritos de felicidad de Minho se vieron momentáneamente ahogados por el agua de mar que salpicaba su rostro mientras navegaba con Ángelien en el velero. Mientras tanto, Franz luchaba contra las grandes olas que se formaban con el paso de otras embarcaciones. No querían aventurarse demasiado lejos, ya que Minho no era un experto y no estaban seguros de si sabría cómo reaccionar ante cualquier contratiempo. Él era un experimentado militar de la Marina, pero esto era completamente diferente. 

Sin embargo, Minho estaba demostrando ser todo un experto, manteniendo el equilibrio junto a Ángelien en el velero. "Este velero es enorme" —pensó Minho para sí mismo mientras observaba cómo Franz se mantenía firme, a pesar de ser bajo y delgado. "Claro, es un velero pequeño y se nota que tiene mucha práctica —reflexionó.

DJ VÖN  (2 MIN)🔞⚠️⚠️ 🌈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora