18.MAMADA FALLIDA

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 Franz se hallaba inmerso en su estudio cuando recibió un mensaje de Choi, el Sargento.

Sargento#: —Hola, hermoso. Tengo algo para Kaiser*. ¿Podríamos vernos esta tarde?

Franz#: —Está bien. ¿A qué hora y dónde?

Sargento#: —A las seis, abajo en el estacionamiento donde guardas tu Harley*.

Franz#: —Hecho. Hasta entonces.

Cuando Franz volvió de su estudio, encontró a Minho esperándolo junto a la entrada del edificio, con una caja grande a su lado.

Hallo, Sargento.

—Hola, hermoso. Hola, Kaiser*. —Minho se agachó para saludar al perro, quien, como siempre, le respondió con un ladrido y moviendo la cola.

Franz lo observó y preguntó: —¿Y bien?

—Les traje algo para ambos, pero creo que a Kaiser* le gustará más. ¿Podemos ir hasta tu motocicleta?

Franz abrió la cochera con su celular, y juntos se dirigieron hacia la Harley*. Minho desempaquetó lo que llevaba dentro de la caja: un asiento especial para perros. Lo colocó rápidamente sobre la motocicleta.

—Ves, es muy fácil de poner. Así que, cuando tengas que ir a dar un paseo, simplemente lo quitas tirando de aquí y listo. Además, viene con cinturones de seguridad para que no se caiga, y por último, sus gafas especiales. – Minho llamó a Kaiser*. El perro obedeció y permitió que le colocaran las gafas, luego subió al asiento mientras Minho lo aseguraba.

—Listo, ahora pueden dar una vuelta y ver si les gusta.

Franz le dedicó una sonrisa radiante. —Sargento, ¿te unes a nosotros?

—Yo los espero.

—No, ven con nosotros. ¿Verdad, Kaiser*?

Kaiser* ladró en respuesta. "Guau...guau".   —Minho se situó entre los dos, abrazando fuertemente la cintura esbelta de Franz, y los tres salieron del estacionamiento rumbo a un parque cercano.

   —Minho se situó entre los dos, abrazando fuertemente la cintura esbelta de Franz, y los tres salieron del estacionamiento rumbo a un parque cercano

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 Cada uno de ellos disfrutaba el paseo en motocicleta a su manera. Para Kaiser, era su primera vez subido en algo así, y aunque se mostraba contento moviendo su cola y ladrando ocasionalmente, Minho disfrutaba el viaje con su pecho pegado al cuerpo que lo hacía tener sueños eróticos. Por último, Franz experimentaba una sensación nueva, aunque se rehusaba a admitir que le agradaba esa sensación de comodidad y apego. Sabía que esto podría traerle problemas graves.

Al regresar al estacionamiento, los tres se bajaron y antes de que Franz pudiera decir algo, Minho le pidió que le invitara un café. Aunque se sentía algo incómodo, Franz aceptó. Sin embargo, ya no quería tener al sargento cerca, mucho menos dentro de su departamento.

DJ VÖN  (2 MIN)🔞⚠️⚠️ 🌈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora