DJ VÖN (2 MIN)🔞⚠️⚠️ 🌈

28.DAME UNA OPORTUNIDAD

 Heemin observaba a su entrañable amigo Minho mientras este se preparaba para salir del hospital, habiendo recibido el alta tras la pelea. Aunque sus lesiones no eran graves, los moretones y el dolor persistían. El desmayo, por su parte, fue consecuencia de alguna droga que seguramente le habían añadido a su bebida sin que él lo notara.

—Me dan ganas de abofetearte, Min. ¿Pero sabes por qué no lo hago?

Minho permanecía en silencio, sintiendo vergüenza y un profundo dolor. Cada vez se sentía más atrapado en un ciclo de autodestrucción. Tenía la urgencia de huir y no detenerse hasta que sus piernas se negaran a seguir adelante.

Heemin se sintió desilusionada ante la falta de respuesta de su amigo. Lo miró, viendo el dolor y la deshonra en su rostro. Entonces, decidió suavizar su tono.

—Aunque no contestes, necesito decirte algo. Cuando te vi herido, me asusté. Pero cuando te reconocí, mi corazón se encogió de terror. Solo pensar que podrías haber muerto me hizo reaccionar de inmediato. Tenía que sacarte de ahí sin pensarlo dos veces. Y lo hice. ¿Cómo podría golpearte por tus estupideces si te amo, Min? A pesar de lo que dijiste aquel día en el centro de rehabilitación, sigo amándote. Creo que siempre te amaré, aunque sea difícil.

Aunque Minho evitaba su mirada, escuchaba cada palabra con atención, sintiendo cómo le perforaban el corazón. Él también la amaba profundamente. Ella había sido su única verdadera amiga, brindándole una amistad sincera y leal. ¿Cómo no amarla? Heemin era una persona maravillosa. Tenía que disculparse.

—Hee, perdóname por ser tan estúpido. No supe proteger nuestra amistad. Llegué a creer todo lo que me dijeron. Lo siento mucho.

Heemin había mantenido sus defensas, pero al ver a su amigo arrepentido, sintió el impulso de abrazarlo. Y lo hizo. Lo rodeó con sus brazos delgados y Minho, con el peso del arrepentimiento, se derrumbó en llanto, buscando consuelo en ella.

—Gracias por sacarme de ahí. Probablemente habría terminado muerto y devorado por los tiburones. Seungri tiene la reputación de encargarse de los boxeadores que pierden dinero.

—No te preocupes, Min. Cualquier deuda está saldada. Mi esposo, Hang Gen, pagó la deuda que tenías con ese tipo. Ya no tienes que volver allí. Solo preocúpate por recuperarte, tanto física como mentalmente. Estoy segura de que estás un poco loco.

—¿Y él? ¿Cómo te trata?

—Es protector y guapo, además de ser multimillonario. Pero no pienses que me casé por su dinero.

—¿Debería creerte, Hee?

—No sé, Min. Todos tienen su opinión sobre los matrimonios de conveniencia, pero yo lo veo como una asociación mutua y consentida.

—No entiendo, ¿estás diciendo que tu matrimonio es una fachada?

—Exactamente, Min. Me casé con él por ciertos beneficios, y él está de acuerdo. No hay engaños. Aunque sea un hombre guapo, mi corazón siempre ha pertenecido a otro.

Choi comprendió perfectamente las palabras de Heemin. Aún mantenía su amor por él, mientras que él se sentía ahora como un tonto por no haber aceptado ese amor cuando se le ofreció con tanta naturalidad. Sin darse cuenta, sus miradas se entrelazaron y como si fueran imanes, sus bocas se atrajeron, regalándose un beso suave y dulce. Un gemido escapó de los labios de ella, lo que los separó abruptamente. Ambos se ruborizaron y apartaron la mirada en direcciones opuestas. En ese momento, parecían más adolescentes que adultos, como si estuvieran experimentando su primer beso en un encuentro casual.