DJ VÖN (2 MIN)🔞⚠️⚠️ 🌈

26. DE VUELTA AL REDIL

UNA SEMANA MÁS TARDE

 Un grupo de jóvenes observaba cómo uno de sus compañeros era agarrado por el cuello. Con toda su fuerza, Minho le propinó un tremendo golpe en la cara. El sonido seco de sus nudillos haciendo crujir la mandíbula del otro resonó en el aire. Luego, agarrándolo del pelo para enderezarlo, le conectó otro golpe en el estómago, dejándolo sin aire y doblado de dolor. El desafortunado cayó de rodillas, luchando por respirar.

Al ver esto, otro alborotador se lanzó hacia Choi, pero este lo esquivó con facilidad y lo lanzó hacia una esquina, donde rebotó en la pared y quedó noqueado.

—¿Hay algún otro idiota que quiera probar mis puños?  —amenazó Minho.

Ante esas palabras, nadie se atrevió a hacer ni decir nada. Un silencio total siguió a la pelea. Minho estaba completamente borracho, bebiendo desde que abandonó el hospital donde Franz estaba siendo atendido. No había vuelto al cuartel desde entonces, ignorando las numerosas llamadas y mensajes en su teléfono. Consideraba su vida miserable y se culpaba a sí mismo, aunque a veces culpaba a sus padres ignorantes y a su hipócrita religión.

Había dejado de pensar en "Si no hubiera venido a Alemania" o "Si no hubiera conocido a Franz". Esos pensamientos ya no formaban parte de sus reflexiones. Concluyó que incluso había sido bueno conocer al Bad Boy.

El silencio se rompió cuando un hombre obeso y bien vestido se dirigió a Choi.

—¡Tienes unos puños impresionantes, amigo!

Minho gruñó en respuesta. El hombre se sentó junto a él sin ceremonias, con excesiva confianza.

—¡Hey, camarero! Trae otra botella igual  – ordenó, señalando la botella vacía en la mesa.

Choi frunció el ceño.  —¿Quién demonios eres tú?

El hombre sonrió.  —Digamos que soy alguien que sabe reconocer a un gran boxeador cuando lo ve, y créeme, amigo, nunca me equivoco.

Minho interrumpió. —Conozco a los de tu tipo, tienes escrito "negocio turbio" en la cara.

El hombre rió. —Jajaja, me agradas mucho... Soy Lee Seungri, empresario del "Boxeo Libre".

—¿Boxeo Libre? ¿Quieres decir peleas callejeras o clandestinas?

—Eres muy astuto. Y no daré más rodeos. Me gustaría que te unieras al "Club de la Lucha". Las apuestas son altas y los beneficios económicos son inigualables. Te prometo que en una pelea ganarás más que como sargento en la marina.

—¿Cómo sabes que soy marine?

—Amigo, estás en Kieler Förde, en este lado de los muelles no sucede nada sin que yo me entere. Y noté que llevas una semana aquí embriagándote y fumando hierba. Supongo que se trata de una decepción amorosa con alguna chica que te engañó con otro oficial.

—Eso no es asunto tuyo. Y tampoco estoy interesado en tu propuesta, así que puedes largarte por donde viniste. ¿O es que tengo que irme yo para estar en paz?

—Cada vez me agradas más. Tener mecha corta es esencial para las peleas callejeras. Te dejaré mi tarjeta aquí por si cambias de opinión. Los encuentros suelen ser los sábados y ocasionalmente entre semana, pero esos no serían para ti, ya que no queremos interferir en tu trabajo en la marina.

—Espero tu llamada Choi.

—No lo creo. 

El tipo hizo una reverencia hacia Minho y después salió del lugar acompañado por cuatro guardaespaldas.

Minho tomó la tarjeta y se la guardó en el bolsillo trasero del pantalón, luego se sirvió de la botella que pidió Seungri y se lo bebió de un solo trago. Ya ni siquiera sentía el calor del alcohol bajar por su garganta, ya se había acostumbrado al líquido ardiente. Después se levantó y se fue del lugar, era hora de regresar al cuartel, tendría que enfrentar las consecuencias de su falta de compromiso y lealtad a las Fuerzas Armadas de su país. Estaba dispuesto a recibir el castigo correspondiente a su incumplimiento.