Advertencia: ¡hey! Este es un pequeño especial! ¿Por qué?
Este 19 de Noviembre habrá/hubo el eclipse Lunar más largo del siglo, donde se podrá/apreció la 'luna sangrienta' , fenómeno donde la Luna refleja un comor rojizo que es visible en la mayor parte del mundo.
No afecta la historia original. Es una demostración de cómo sería ___________ si nunca Muzan no lo hubiera abandonado.
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Balanzeaba sus pies descalzos con continuidad. Sentado en el tejado de la casa de una familia a la que acababa de devorar.
Lamió la sangre que quedaba en sus manos antes de mirar hacia el cielo, apreciando la enorme Luna que era su única compañía desde que se hanía convertido en lo que más odiaba.
Suspiró y solo bajó la mirada hacia sus ropas también salpicadas de la misma sangre, estuvo apunto de levantarse justo antes de que el sonido de una biwa lo transportara hacia otro lugar.
La fortaleza infinita, un lugar...infinito, sin un órden en específico, paredes en el 'suelo' al igual que ventanas, suelo en el techo y varias lámparas de papel alumbraban el lugar. De inmediato se arrodilló, bajando la cabeza para mirar sus pies solamente, entonces escuchó como de nuevo la biwa traía a lo que serían las Lunas Superiores.
Otra voz bastante vonocida para él se sumó a los murmullos de los demás, solo que esta sonaba más autoritaria y así lo era, pues se trataba de nadie más ni nadie menos que su padre, Muzan Kibutsuji.
-De verdad me decepciona esto, la Luna Superior Seis fué derrotada por unos simples cazadores.-
Los murmullos cesaron, dejando solo silencio por parte de ellos. Sentía unas miradas clavarse en su espalda y todo su ser, curiosas, las describiría.
-La razón por la que están aquí es para recibir nuevas órdenes y para darle la bienvenida a alguien-demandó, entonces bajó las escaleras donde estaba para quedar frente a frente con las Lunas, y..__________-necesito que maten a ese cazador de aretes de cartas hanafuda, no lo quiero interfiriendo en mis planes.-
Sentió una presencia a su lado y solo se levantó, cruzando sus brazos detrás de su espalda antes de voltearse y quedar frente a quienes serían las Lunas Superiores. Mentiría si dijiera que no le aterraban pero al mismo tiempo admiraba.
-Desde hace un tiempo he querido presentarles a mi.....hijo. ___________, está por alcanzar el rango de Luna Menguante. Así que, como misión, te encargaré a ti deshacerte de ese cazador-lo tomó por un hombro y lo colocó frente a 'ella', ya que Muzan conservaba su aspecto femenino-fallas y el que acabe muerto serás tú.-
-Sí...padre-
-Espero que no me decepciones.-hizo una pausa-de nuevo.-
Volvió a asentir y solo sintió como la biwa cambiaba las habitaciones hasta dejarlo caer por una ventana abierta, dejándolo en el suelo.
-Tch. Mierda, tendré que ir por ese maldito-recuperó la compostura y solo caminó como si nada.-
Caminó por aquel gran bosque un buen rato, restándole importancia a los sonidos de animales que provenían de arbustos u árboles. En un punto llegó al claro, donde solo había césped; la Luna alumbraba bastante bien ese claro así que decidió tomarse un pequeño descanso para organizar su mente.
Claro, eso hubiera sido de no ser por un cazador que estuvo por atacarlo. Con bastante facilidad lo esquivó.
-¡¿Qué mierd-quedó callado cuando vió de quien se trataba.-
Un chico. De cabellos rojos al igual que sus ojos, con una cicatriz en su frente y con...aretes de cartas hanafuda.
-..eres tú..-murmuró antes de lanzársele y quedar encima de él, lanzando su nichirin lejos para que no lo atacara de nuevo.-
-¡Apártate de encima!-el chico trató de quitárselo de encima pero era claro que el demonio poseía más fuerza, así que solo se sentó en su espalda.-
-Cállate, idiota-le dió un golpe en la cabeza-si te sigues remolineando te torturaré hasta la muerte.-
Con sus garras tomó uno de los aretes, mirándolo con detalle y curiosidad.
-Wow, de verdad eres tú-mencionó, antes de quitarle el arete por completo y alzarlo hacia la Luna para verlo mejor.-
-¡Suelta eso!-
-ahg...eres realmente fastidioso-le dió otro golpe que por poco lo deja inconsiente-bien, esto será rápido. Deja de moverte, te mataré.-
De inmediato el chico siguió tratando de quitárselo de encima.
-¡Deja de moverte, imbécil! -el chico por su descuido logró safarse y dejarlo tumbado en el suelo.-
Fué por su katana para directo tomar una postura de defensa. El demonio solo guardó el arete en la abertura de su pecho en su kimono ya que no tenía bolsillos.
-¿Piensas atacarme?-mencionó algo extrañado después de un tiempo, ya que ni él ni el pelirojo se habían movido.-
-Tristeza.-
-...¿Qué?-
-Hueles a tristeza...¿realmente no te gusta hacer esto, cierto?-bajó su arma antes de extenderle la mano no muy seguro-no tienes que hacer esto.-
-...Aléjate. Y deja de decir idioteces-retrocedió unos pasos inconsientemente.-
-por favor. Ven conmigo. Podrías ayudarnos-él se sentía raro, nunca le había pedido a un demonio aliarse con él, en especial cuando trató de matarlo por órdenes mismas de Muzan.-
