ESCÁPATE CONMIGO

5. Despedida

Me muerdo el labio con fuerza sin dejar de mirarlo. Me inclino hasta su oído.

— Quiero hacerlo....— le susurro con un tono provocativo. Me despego un poco para clavarme en su mirada, y esbozo una sonrisa.

Con una mano me coge la nunca acercándome más a él, mientras que la otra la apoya en mi cadera. Acerco mi boca a la suya, pero sin moverla. Juntamos nuestros labios sensualmente sin llegar a besarnos.

— ¿Que querés hacer? — susurra en mis labios haciendo que me ruborice.

— El amor — mi voz sale temblorosa pero a la vez persuasiva.

Nuestras miradas están clavadas unas en la otras y nuestros cuerpos arden como si de un fuego se tratara. Nuestras respiraciones se vuelven intensas, y la ganas de tocarnos y sentirnos fortalecen.

Sin querer aguantar más, me lanzo a su boca a la desesperada. Suelto un pequeño jadeo cuando me agarra el trasero con fuerza apretándome hacia él. Nuestro beso sube de ritmo, y de repente me empuja de forma que caigo al otro lado de la cama. Se tumba encima mía, sin dejar de besarnos. Me coge las manos y me las sujeta por encima de la cabeza, mientras nos rendimos en un beso ardiente.

— ¿Te gustó eso de atarme o qué? — susurro en su boca, y siento como sonríe maliciosamente en ella.

— Así...me....aseguro....de.....que....no....
te.... escapas — susurra entre besos.

Intento sacar las manos pero me las aprieta más, me empiezo a reír mientras sigo intentándolo.

— Estate quieta — susurra. Se aparta para mirarme mientras reluce una sonrisa malvada en el rostro.

— ¿Y si no qué? — pregunto burlona. Acaricia su nariz con la mía.

— ¿Querés saberlo? — murmura.
Me da unos besos suaves en la comisura de la boca.

Levanto mi rodilla para darle levemente en toda su intimidad. Me suelta las manos, a la vez que maldice, y aprovecho para empujarlo hacia la cama posicionándome yo encima con una sonrisa malvada y a la vez triunfante.

— ¿Que decías? — susurro.
Con mis dos manos les cojo las suyas, sujetándoselas por encima de la cabeza. Tal como ha hecho él.

— Estas jugando con fuego y te vas quemar... — me muerdo el labio con fuerza cuando me dice esas palabras.

— Empezaste vos, y yo te dije una vez que conmigo no podés — me acerco más a él, clavándonos las miradas.

— Me encantás princesa — susurra.
Tras esas palabras me inclino para besarlo desesperadamente.

— ¿No me pensás soltar o que? — pregunta tras intentar zafarse varias veces de mis manos.

Me empiezo a reír, lo que hace que mi fuerza flojee y lo suelte. Me empuja, quedando él encima otra vez y frunzo el ceño tras ver su sonrisa triunfante.

— ¿Querés seguir jugando? — susurra.

Esbozo una sonrisa, estremeciéndome cuando siento su manos bajar hasta la cintura de mi pantalón. Sin pensárselo dos veces, introduce la mano dentro mis pantalones y mis panties, deslizando los dedos sobre mi sexo. Suelto un gemido cuando me penetra con ellos suavemente en mi interior. Le cojo de las mejillas atrayéndolo hacía a mí con fuerza y lo beso con desespero.

— Estas lista princesa — susurra en mi boca, mientras saca la mano de mi sexo.
Dejándome con todas las ganas de que siga.

Baja la otra manos para quitarme el pantalón, llevándose mis panties con él. Me quedo observándolo y puedo notar como respira con dificultad, igual que yo.
Cuando termina con los míos, hace lo mismo con los suyos, aprovechando para coger el aire que falta.