15. Lógica

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¿Cómo puede ser que esté tan nerviosa? Es algo inexplicable. Charly me mando un mensaje hace una hora, le han concedido el permiso. La cabeza me va a estallar por lo que tomé anoche, aún así estoy tan feliz, que no me importa.

Una vez arreglada — después de estar media hora delante del armario — me he decidido por unos vaqueros ajustados, una blusa blanca con un escote en v, y una  chaqueta de cuero negra. Mi maquillaje es normal, y mi pelo suelto. Pues no entiendo para que tanto tiempo para vestirme, si casi siempre voy igual.

Cuando bajo, me encuentro con Zulma y Jack dormidos en el sillón. Que lindos, para mí, hacen una pareja estupenda. Y para mí gran sorpresa están vestidos....

***

Ya he llegado a la cárcel, y me tiembla todo el cuerpo. Soy peor que una niña chica. Me pongo mis gafas de sol para disimular un poco mi aspecto.

Una vez dentro, el guardia me guía hasta su celda. Parezco un bebé, observando todo a mi alrededor.

— ¿Yeimy Montoya? — pregunta un hombre, saliendo de la celda de Charly.

— ¿Usted es? — pregunto confusa.

— Joaquín Pulido, mucho gusto. Compañero de Charly — esboza una sonrisa.

— Mucho gusto...

— Su novio la espera — me dice el guardia, y se separa un poco de allí.

— Vea yo a usted la conozco c.....— se calla cuando sale Charly.

— ¿Y eso por qué? — le pregunto.

— Hola eh — me dice Charly.

— Ah no se, preguntale al máster — lo señala.

— ¿Qué le has dicho? — pregunta ladeando la cabeza.

— ¿Hablas mucho de mí o que? — le pregunto, el tal Joaquín empieza reírse, y tras la mirada que le ha echado Charly desaparece.

— Princesa paso muchas horas acá, de algo tendré que hablar— se encoge de hombros.

Me hace una señal para que pase, y lo sigo. Es más grande que la mía, y no está mal.

—La mía estaba mejor — digo divertida.

— Ah no, gracias — dice ofendido, pero después me sonríe.

— ¿Tenés de compañero a ese man? — asiente con la cabeza. — ¿Cómo vas?

— Bien, ¿y vos?— me da un beso en la mejilla.

— Uf tengo un guayabo tan grande — me siento en la cama, y me mira con una sonrisa.

— ¿Tomaste mucho? — me quito las gafas de sol para colocármelas en la cabeza. Es lo único que me han dejado llevar.

— Bastante — se sienta a mi lado, y giro la cabeza para mirarlo pero algo me llama la atención.

— ¿Y eso? — señalo la hoja que hay encima de la mesa. Me levanto, pero Charly me detiene.

— Es una canción — esbozo una sonrisa.

— ¿Es tuya? — pregunto con un poco de sorpresa. Asiente con la cabeza débilmente. — ¿Y no me pensabas contar?

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