Capítulo 7

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||AVA||

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||AVA||

Mi mente está en blanco justo ahora. Aquí sentada en mi cama con la ventana abierta y el sol mañanero iluminando la habitación, una taza de café y medio sándwich cubano que he comido.

Finn está practicando sus clases de gastronomía que toma los miércoles. Y está decidido a cocinar comidas de otros países.

Tengo los libros de la universidad esparcidos por la cama, unos marcadores, bolígrafos y lápices, amontonados a mi lado. En mi falda tengo el cuaderno abierto y he estado los últimos veinte minutos mirando la misma hoja en blanco en donde se supone que haya escrito un ensayo sobre mi vida.

Explicando cómo he crecido como persona, como estoy, si vale la pena seguir adelante después de pasar por situaciones complicadas, el punto es que no he escrito nada de nada.

Tengo que escribir palabras que están en mis labios. Nadie que no seamos nosotros mismos puede contar nuestra historia.

Es como cuando comienzas a escribir un libro, no lo escribes sobre ti, lo escribes sobre aquellos que deseas.

Hablar de mi nunca a sido mi fuerte y mucho menos escribirlo.

Llegar hasta los veintiún años a sido todo una odisea. Han habido momentos buenos como también malos, momentos en donde he echo cosas de las que me arrepiento como aquella vez en mi cumpleaños dieciocho que bebí tanto durante toda la noche que al día siguiente tuve una fuerte discusión con mi madre y le dije que desee poder cambiar de madre, de padre y también de hermanas.

Me arrepiento de haber dicho aquello, porque tal vez no sido la mejor familia, pero sigue siendo mi familia. La familia que se supone que te apoye y esté ahí para ti pero cuando caes y te das la vuelta para ver si alguien te ayuda a levantarte...no hay nadie, ni siquiera aquellas personas a las que llamas familia y comparten sangre.

En conclusión mi ejemplo de familia no a sido el mejor.

—Ey.—llaman desde la puerta de mi habitación.—Te traje hielo.—Finn pasa con una bolsa de hielo, envuelta en una toalla.

—Gracias, gracias.—se sienta a mi lado, entrándome el hielo que rápidamente lo pongo sobre mi rodilla.

—Está bastante inflamada. Es mejor ir a un médico.—niego

—No hace falta. Es solo que estos días no me he estado quieta, ya mismo se desinflama.—le aseguro para convencerlo a él y a mi misma.

—Ava, amor mío, se ve bastante mal.—se sincera.—Steve es casi médico ya, deja que la vea, solo para ver que dice.—me trago el seguir negando que ya mismo se desinflama porque la verdad es que esta última semana me ha dolido bastante.

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