||AVA||
Llevábamos todo el día de vagos. En la mañana fui a la universidad por unas clases y tener mi horario para el semestre que viene, hacer algunos ajustes para el traslado a Suecia.
Si, SUECIA.
Finn y yo lo decidimos hace unos días, no podíamos detenernos a imaginar cómo sería estar allá, tan lejos. En un lugar nuevo y distinto.
Me emocionaba como también me daba algo de miedo.
Dasha tiene razón al decir que está muy lejos pero de esto se trata la vida, ¿no? Dar pasos largos y en algún momento dar el brinco que tanto miedo da, hacer cambios y como diría alguien a quien la vida le vale poco "vive la vida al máximo, hoy estamos, mañana no sabemos".
Todo estaba bien, o al menos hasta ahora. Esta misma mañana le confirme a mamá que iría con alguien para casa.
No hizo una pregunta de quien era o si era de una buena familia. A lo que eso refiere que sea de dinero y respetuoso.
El estatus social le importa mucho a Alida Alvey.
Siempre a sido así, incluso en su momento a mi también me importaba. Me importaba lo que las personas dirían de mi, sus criticas y chismes. Las típicas opiniones entre la gente de alta sociedad.
Quien llevaba el vestido más caro, los bolsos de diseñadores franceses, los tacones de última moda o quien llevaba la manicura más costosa.
Suena ridículo, es ridículo aunque es inevitable no preocuparse por el que dirán, el como te mirarán.
Lo que también es ridículo que digan "no me importa la opinión de nadie"
Esa la más grande falacia que alguien puede decir. Siempre nos importa la opinión de los demás, por más que digamos que no. Lo decimos solo para hacernos sentir seguros de nosotros mismos. No digo que esté mal, solo digo que deberíamos hablar claro, dejar de mentirnos a uno mismo solo para que los demos nos vean como personas fuertes.
—Por tu cara veo que vas de maravilla.—la exquisita voz de Jayden llena la estancia de su habitación.
Si, su habitación. Su piso, su cama, sus sábanas, sus almohadas. Todo de él.
Y aquí estoy yo, con mis apuntes regados en su cama que estúpidamente es más cómoda, al igual que sus sábanas calentitas y suaves.
—Va de maravilla.
—Bien, entonces veamos si es cierto.—se acerca para tomar mi cuaderno.—Lo leeré en sueco y tú me dirás que estoy diciendo. Vamos por algo sencillo.
Me acomodo, con lápiz en mano para apuntar en lo que tenga dificultad.
—Hej, jag heter Ava. Jag är tjugo år gammal, jag är en universitetsstudent. Jag läser redovisning och revision, jag är här i ett år.—me le quedo mirando
Esa es mi carta de presentación, sencillo por ahora.
—¿Cómo es posible que lo hables mejor que yo?—me frustro
—El inglés te ayudará para todo.
—Lo se, pero el noventa y seis por ciento de la población habla sueco. No quiero que me insulten y quedarme callada porque no se que dicen.
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EXTRAVIADOS
Teen FictionElla estaba sanando. Él aún tenía heridas. Ella quería borrar sus dos últimos años de su vida. Él quería avanzar pero no sabía cómo. Ella sonreía. Él tenía cara de "no me hables o lo lamentaras" Ambos se encontraron en el mismo camino o tal vez fue...