Capítulo 20

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|| AVA ||

—Son los mismos Kevin

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—Son los mismos Kevin.—masculla el peli-negro

—No, Wade. Eres un asco para estas cosas.—se frustra el rubio.

No sé cuánto tiempo llevamos en la misma tienda de joyería solo sé que este par de chicos está volviéndome un poco loca y no tan solo a mi, si no también a la chica que nos está atendiendo.

Que por cierto le ha estado echando miraditas a ojos verdes. Y solo por cosas del destino puede ser que me le he acercado un poco más a él para que vea que no viene solo.

—Les daré más tiempo.—anuncia la chica detrás del mostrador del área de sortijas. Claro no sin antes mirar a Jayden, que él sí se ha dado cuenta o no, no se. Ya que apenas y la a mirado.

—Es la tercera joyería que visito. Nada parece estar a la altura de mi Sanne.—Kevin deja de mirar las muestras que le trajeron.

—Y si mejor lo personalizas. La joyería que está cerca de en donde trabajo se especializa en ello.—comento, dos pares de ojos se me quedan viendo.—Lo diseñas con las ideas que tengas y vez que te dicen. Hacen maravillas.—confirmo a sabiendas que hacen preciosidades, cada vez que voy al trabajo me paso a ver.

—Esa idea me gusta más que todo esto.—señala los diferentes anillos.—¿Tienes el número?

—Por supuesto.—rebusco en mi bolso el móvil.

—La mente de una mujer funciona mejor que la de dos hombres.—comenta Kevin.

—Gracias por eso Kevin.—le contesta Jayden.

—Oye hay que apoyar el feminismo. Más todavía si me voy a casar con la mejor mujer de este mundo.—argumenta el chico—Sin ofender Ava, estas también en la lista de las mejores mujeres de este mundo.—sonrió sin poder evitarlo.

—Kevin llévate tus palabrerías a otra parte .—masculla ojos verdes

—Tranquilo hermano, no hacen falta celos. Mírame estoy aquí comprándole un anillo a Sanne pero eso si...—me mira.—Si me dice que no, te pediré matrimonio a ti.—sus ojos se achinan cuando sonríe de manera angelical.

A mi lado Jayden se tensa, frunciendo las cejas.

—Vale. Pero de luna de miel tienes que llevarme a recorrer el mundo.—acepto

—A donde tú quieras.—me sigue el juego, antes de que uno de los dos diga algo más, Jayden toma mi mano entre la suya.

Entrelazamos sus dedos con los míos. El gesto me sorprende e inevitablemente mis ojos van a nuestras manos.

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