Más Que La Enfermedad

Capítulo 8

Tahiel

Estaba hablando con Lily hasta que sonó el timbre indicando que era hora de volver a clases, por lo que nos dirigimos al salón donde Cardly impartía clases.

Ella se sentó con una chica y comenzaron a hablar, yo me dirigí a la mesa que compartía con Deva, pero ese día me encontraba solo; la chica de cabello ondulado, bajita, ojos avellana y cabello café oscuro que tan feliz me hacía, había faltado ya que estaba muy enferma. Yo también iba a faltar a mis clases ese día para poder cuidarla pero ella insistió en que asistiese aunque fuera a esta, ya que teníamos que hacer una exposición de no se que.

Pasaron los minutos donde Cardly, en lugar de hablar sobre algo relevante, seguía con su interminable monólogo de filosofía mientras yo seguía pensando en la chica que se había apoderado de mi mente.

Habían pasado unos ocho meses desde que la había llevado al bosque y un año desde que nos mudamos juntos.

En ese lapso de tiempo seguíamos comportándonos como lo hacíamos hace ya varios meses; como una pareja que no lo era.

La tensión que sentía al juntar mis labios con los suyos, dejó de ser agradable para convertirse en una tortura para ambos.

Quería pedirle que fuese mi novia, ya no aguantaba más el poder verla y pensar que solo éramos dos tontos enamorados. Quería gritarle al mundo que aquella bella e inteligente chica era mi novia.

Estaba perdido en mis pensamientos hasta que sonó el timbre y todos comenzaron a irse, yo no era la excepción, hasta que Cardly me tomó por el brazo, sacó a todos del salón, cerró la puerta de un golpe y no me dejó salir.

- ¿Por qué no presto atención a lo que explicaba? ¿En qué pensaba tanto? ¿Por qué no asistió la señorita Deva hoy?
- En primer lugar su clase es igual a cualquier otra de filosofía, en segundo, a usted no le importa y tercero, Deva está enferma, por eso faltó
- Queda suspendido por tres días a partir de hoy y se le bajará la calificación en su proyecto
- ¡Bien, no me interesa! bájeme la nota si quiere, expúlseme si así lo desea, pero a ella ¡No le baje ni la nota ni la saqué de esta basura de universidad! - Grité antes de salir del salón de la tortura para salir en dirección a la farmacia más cercana a comprar medicamentos.

No había tenido una semana particularmente buena, Deva estaba muy enferma y discutíamos a menudo.

Llamé a Deva cuando estaba a una cuadra de la farmacia para saber cómo estaba.
- Devie ¿Cómo te sientes?
- Hola, igual, pero al menos ya me levanté - Soltó una pequeña risita cansada - ¿Pasa algo?
- No, la verdad no, solo quería saber si necesitas algo más
- Pastillas anticonceptivas
- De acuerdo, cuídate y llámame si pasa algo, yo voy a llegar en unos veinte minutos
- Ok, tú igual cuídate.
Colgué la llamada y me quedé pensando en algo, ¿por qué tomaba pastillas anticonceptivas si no tenía pareja? Ella y yo no teníamos sexo y la idea de que se estuviera viendo con alguien se me hacía algo un poco improbable.

Llegué a casa y la vi sentada en el suelo del living doblando la ropa, dejé la bolsa sobre el sofá y me senté junto a ella.
- Hola Devie
- Hola Tahi - Me regaló una sonrisa cansada.
- ¿Cómo estás?
- Menos mareada - río un poco - ¿Y tú?
- Bien - Le di un beso en la cabeza, me puse de pie, tomé la bolsa, volví a sentarme y se la pasé.
Ella tomó la bolsa, comenzó a sacar su contenido.
- ¿Te estás viendo con alguien? - cuestioné.

-- ¿Lo dices por las pastillas anticonceptivas?

- Sí

- No, no me estoy viendo con nadie. - aclaró

- ¿Entonces por qué las tomas?

Bajo un poco la vista, algo avergonzada.

- Soy muy irregular y por lo general tengo menstruaciones por más de diez días, las pastillas me ayudan a regular un poco.