Capítulo 13

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Deva

Estaba guardando mi computador en el bolso, para ir a almorzar con Lily, cuando un fuerte mareo me invadió. Llevaba varios días sintiéndome mal, aunque un embarazo había estado fuera de pensamientos por muchos días, ya había llegado a mi límite, había realizado la prueba, pero no deseaba ver el resultado, no sin Tahiel y Lily.

- ¿Estás bien? Te ves cansada, y en clases apenas y prestabas atención...

- Si Li, estoy bien, tranquila - Sonreí.

- Como me estés mintiendo te mato.

- Maniática sociópata.

Nos reímos y fuimos a el parquesito donde solíamos comer, aunque esta vez, Tahiel nos acompañaba.

- Algún día hay que juntarnos los cuatro - Sugirió mi esposo.

- Tal vez la próxima semana.

- Me parece buena idea - Aprobé en voz baja.

- Deva, me preocupas, ¿Es por...?

- Sí, no, bueno, me tiene nerviosa.

- ¿Qué cosa? - Indagó Lily en un tono ligeramente amenazante.

Tahiel me miró en busca de una aclaración; Lo dices tú, o lo digo yo.

- Tengo... tengo varios síntomas de un embarazo - Dije sacando una prueba de mi bolso y se la pasé a mi amiga, tapando el resultado.

- ¿Y qué es?

- No lo sé - Miré a mi recientemente proclamado mi marido.

Él tomó la prueba y me miró. Asentí

- Bien - Acarició mi mano y luego mi cabeza - Es negativa.

No supe como reaccionar; por un lado era un alivio ya que no tendría que pasar días e incluso meses en un hospital sin poder hacer nada, y por otro lado... quería tener un hijo con Tahiel, él quería un hijo conmigo, queríamos un hijo con el otro.

- De acuerdo.

Lily tomó mi mano y la acarició levemente.

- Todo esta bien, Dev.

- Sí.

Nos quedamos hundidos en un incómodo silencio antes de empezar a comer. Pasó un rato hasta que Tahiel derramó su bebida encima de su polera.

Me reí bastante mientras lo ayudaba y veía como Lily se retorcía de la risa en el suelo. Tomé una servilleta y comencé a intentar sacar su prenda, ó aún que sea, que no quedara pegajosa. Una vez limpio, lo miré y pude notar como lo había hecho apropósito con tal de verme feliz.

Pasó una hora, debíamos volver a clases, los platos de Tahiel y Lily estaban vacíos completamente, mientras que el mío, estaba casi lleno, Tahiel me cuestionó el porque de mí actuar, ya que llevaba varios días comiendo prácticamente nada.

♥︎

Iba por los pasillos cuando comencé a sentirme mareada, mi esposo estaba junto a mi, ya que Lily había ido al baño antes de clase. Tuve que apoyarme en una pared porque sentía que me desmayaría; Tenía nauseas, mareo, dolor de cabeza. Últimamente había estado aislandome de todos, estaba más irritable, y las relaciones sexuales con Tahiel eran prácticamente inexistentes, además tenía mucha, muuucha fatiga. Tantos pensamientos me agobiaban cuando perdí la conciencia, y lo único que ví y escuché, fue a Tahiel preocupado tratando de afirmarme para evitar que me golpeará la cabeza.

Cuando desperté, Tahiel estaba a mi lado sosteniendo mi mano entre las suyas, cerca de su boca, por lo que pude sentir como depositaba pequeños besos y susurraba algo que no logré comprender. A su lado, se encontraba Lily, quien tenía la mirada perdida en algún punto de la pared. Estábamos en un hospital, y ha juzgar por las luces encendidas, ya debía ser de noche. Quería hablar, decirles que estaba bien y que todo estaba bien, pero un fuerte dolor invadió todo mi cuerpo en ese instante. Me quedé quieta tratando de evitar el dolor cuando sentí algo húmedo bajar por mi mano; Tahiel estaba llorando, pobrecito, estaba desesperado. Intenté mover mi mano en un pobre intento de calmarlo. El movimiento que realicé fue una suave caricia, y tal parece que la notó, porque volteó a verme. En ese momento, cuando nuestros ojos se encontraron, vi como tenía la nariz, los labios y los ojos rojos, estos últimos también estaban muy inchados. Mi esposo se abalanzó sobre mi y me abrazó, causando que mi amiga saliera de su pequeño trance y voltease para tomar mi mano.

- Dijiste que estabas bien, y mentiste, te voy a matar - Articuló Lily mirándome con los ojos entrecerrados.

- Ya, perdón, no me mates, te lo ruego - Reí, me resultaba increíble como en estas situaciones aun eramos capaces de hacer bromas.

- ¿Cómo te sientes?

- Bien, tranquilo - Le acaricié la barbilla a mi esposo para calmarlo.

- No le creas, a mi me dijo lo mismo ¡Y mira lo que pasó!

-Yaaa. Perdón.

- No, y adiós, me voy al baño porque estoy que me hago encima.

Tahiel seguía con su cabeza sobre mi pecho, solo mirándome.

- Te hicieron varios exámenes, llegaron a la conclusión de que fue una crisis de estrés, llevas siete horas inconsciente.

- Wow.

- Me arrepiento de no haberte traído antes, perdón, esto es mi...

- Tahiel, no, no es tu culpa - Lo interrumpí - Dijiste lo mismo cuando tuve un infarto hace un año, necesito que entiendas que nada de esto es tu culpa.

Se quedó en silencio, cerró sus ojos y una pequeña sonrisa apareció en su rostro.

- Cuando tengamos un hijo que no quiera dormir, hay que poner su cabezacita en tu pecho, eso les recuerda al útero, el escuchar los latidos de la madre, los ayuda a calmarse.

- Correte, tú no eres mi hijo - reí

- No pero soy tu esposo, tengo algo de derecho ¿No crees? - Movió su cabeza en mi pecho para quedar más cómodo - ¿Esta bien ahí?

- Síp.

- Bien.

Nos quedamos en silencio mientras yo pensaba en algo para sorprenderlo.

- ¿Y si empiezo un tratamiento para quedar embarazada de forma segura?

- ¿Cómo?

- Eso.

- ¿Segura?

- Totalmente.

- Yo ofrezco los intentos que necesites.

- Pervertidito.

Ese mismo día inicié un tratamiento, durante el cual debía intentar quedar en estado.

♥︎

Unos meses después...

- ¿Y qué tal?

- Flatan treinta segundos.

- Tengo miedoooo.

- Imagínate yo.

Estábamos esperando el resultado de la sexta prueba que hacíamos en cuatro meses, todas las anteriores habían sido negativas.

- ¿Ya?

Miré rápidamente la prueba y vi que estaba lista. Miré a Tahiel, no necesitaba palabras para decirle el resultado. Él me abrazó.

- Todo saldrá bien la próxima vez ¿Sí?

- Sí...

Nos habíamos distanciado mucho en el último tiempo, y yo temía que eso fuera a dañar nuestro reciente matrimonio.

- El próximo mes me dan los resultados de las pruebas de fertilidad.

- Yo sigo creyendo que es porque dejaste tus pastillas hace poco.

- Eso espero.

Más Que La EnfermedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora