Capítulo 19

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Deva

Tahiel  preguntó si tomarme algunas fotos en el jardín, yo no quería porque sentía que no me veía del todo bien, pero él insistió, terminé aceptando. Yo no sabía muy bien que hacer, simplemente miraba en dirección de su celular pero después de algunas fotografías así comenzó a darme ideas de como posar, —en situaciones así se nota quién es el artistico de la relación— hice lo que él dijo, apesar de que según yo no me veía bien, me gustó bastante como quedaron las fotos, luego Tahi le pidió a un señor que estaba cerca que nos tomara fotos juntos, el señor accedió y tomó varías fotos. Le agradecimos y caminamos un poquito por los caminos.

Unos minutos después, un guardia se nos acercó y dijo que ya nos teníamos que ir porque estaban por cerrar la iglesia.

Salimos y comenzamos a dirigirnos al hotel porque estábamos cansados y teníamos que ver cómo se encontraba Áston, a quien habíamos dejado durmiendo en su jaula, por lo que sabíamos que no debería pasarle nada, pero aun así estaba un poco bastante preocupada.

Pasamos por los puentes y tras caminas un rato llegamos al hotel.

Subimos a nuestra habitación y dejamos que el pequeño hurón saliera de su jaula y subiera a la cama, Tahiel se acostó mientras yo pasaba al baño.

Cuando salí Áston estaba acostado sobre la espalda del chico. Me acosté a su lado.

El huroncito comenzó a correr por toda la cama, primero fue por los pies de la cama, luego se subió a la cabeza de Tahiel y finalmente se acurrucó en entre las almohadas junto a mí.

—Me casaría contigo en este momento, haría una pequeña ceremonia con Áston como cura, testigo e invitado pero quiero casarme contigo, te veías hermosa de blanco con una panza falsa, necesito saber cómo te verás cuando sea nuestro pequeño el que utilice ese espacio. —dijo poniendo su mano izquierda sobre mi brazo.

—Sería un momento muy lindo —respondí. —, pero hay un momento al que me emociona más llegar. Si todo sale bien, y el bebé y yo estamos bien, me encantaría verte con el pequeño en los brazos, el momento en el que te conviertas en padre y tengas a tu pequeño contigo. —sonreí, sentí que me comenzaban a arder un poco los ojos. Él se acercó y con cuidado me abrazó.

Durante ese tiempo solía pensar bastante seguido en qué pasaría si yo muriera; la idea de morir es algo a lo que me he acostumbrado de pequeña, por lo que no era una gran preocupación, lo que me inquetaba era el saber que dejaría a mi hijo y al amor de mi vida solos, con Tahiel habíamos hablado de la muerte en muchas ocasiones, el que yo podía morir en cualquier momento es algo de lo que él estaba conciente, esas conversaciones siempre terminaban en lágrimas. Cuando comenzamos a intentar quedar en estado, también asumimos el riesgo de que yo podría no llegar hasta el parto, o fallecer durante este periodo, aun así tomamos la decisión, un hijo del otro es lo que más deseabamos, los dos queríamos tener hijos, así que lo hicimos, creo que no existen palabras suficientes para explicar lo felices que estabamos cuando recién nos entermos de la noticia. Así como tampoco hay palabras suficientes para describir el miedo que teníamos de hacer cualquier cosa que pudiera dañar al pequeño.

Llamaron a la puerta de la habitación, me levanté a abrir cuando vi a Diantha del otro lado.

—¡Dev, hola! —dijo ella.

—¡Hola, Dian! — dije abrazandola con fuerza, sentí como las lágrimas comenzaban a caer. Era casi irreal la idea de verla después de tantos años. Antes de Tahiel y cuando no tenía mucho tiempo para estar con Lily, era ella a quien acudía, y ella acudía a mí cuando me necesitaba, ella era mi hermanita, desde que tengo memoria hemos sido extremadamente unidas, todo lo hacíamos juntas, por lo que siete años separadas era demasiado tiempo. No podía creer que se encontraba en mis brazos. 

Más Que La EnfermedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora