—Cálmate, preciosa, verás que él debe estar bien —dice Eric de camino al hospital.
Pero yo no puedo dejar de llorar porque mi corazón me advirtió desde antes de que Adam saliera de la casa que esto iba a suceder. Sabía que algo le iba a pasar hoy y, sin embargo, no fui con él. Soy la peor persona del mundo.
—Si muere será mi culpa —susurro, probando mis propias lágrimas que se deslizan sin control por mis mejillas.
—No. Ni él morirá ni será tu culpa —zanja.
No digo nada más en el trayecto. Al llegar al hospital es casi imposible abrir paso por la cantidad de reporteros que hay en la puerta.
—Eric, no puedes bajar —murmuro con un hilo de voz.
—Me importa una mierda esta maldita gente, no dejaré que entres sola en ese estado —declara y baja del auto, evitando a los reporteros con sus manos para abrir mi puerta.
Al hacerlo, paso saliva y acepto la mano que me ofrece. En seguida escucho las preguntas de todos.
Preguntan desde dónde estaba hasta qué se siente haber matado al hijo del presidente. Eric me rodea con su brazo por los hombros y esconde mi cabeza en su pecho para así entrar al hospital. Mi cuerpo se estremece por los temblores del llanto. No hace falta preguntar dónde tienen a Adam, ya que casi toda esta sección está cerrada solo por eso. Me suelto del abrazo de la bestia al ver al presidente y mi padre.
—¿Dónde está? —susurro, notando que las chicas también están en una esquina.
—¿Trajiste a tu amante a donde tu prometido está muriendo? —sisea mi padre con odio en su voz.
—Más respeto con ella, porque me importa una mierda que sea el padre. No puede hablarle así —espeta Eric, dando un paso hacia adelante con dirección a mi padre.
—Basta. No es momento de estos espectáculos. Díganme dónde está y cómo está, por favor —suplico sin fuerzas.
—Está en.
Justo cuando el presidente me está respondiendo, sale un hombre, quitándose un cubre bocas y unos guantes.
—Señor presidente —dice el doctor y todos se acercan menos yo. No puedo moverme—, lamento informarle que no hemos podido hacer nada para salvarlo. Sufrió una hemorragia cerebral tras el golpe recibido.
Mis piernas fallan y caigo de rodillas al suelo, llorando al mismo tiempo que mi padre y el doctor sujetan al presidente que se ha desmayado. Las chicas se arrodillan a mi lado y siento las manos de la bestia en mis hombros.
Lloro por el dolor que siente mi alma al perder su otra mitad. Lloro por el dolor que siente mi corazón al perder a quién lo completaba. Lloro por el dolor que siente mi mente al recordar cada momento a su lado y los últimos en lo que yo no lo hice feliz. ¿Cómo voy a perderlo? ¿Cómo voy a perderlo de esta manera?
ESTÁS LEYENDO
CASTÍGAME🔥
RomanceJessica Rivas es la hija rebelde del Ministro de Justicia de los Estados Unidos. Justo por su rebeldía es que termina visitando el Centro Correccional de Florida. Con la idea de que su comportamiento mejore... Nada más lejos de la realidad. Ahí no...