Girl Crush

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- No vas a creer qué me ha pasado.

Mitch entró como un torbellino al apartamento de Harry, dejando su chaqueta de cualquier manera sobre la mesa del comedor y saltando en el sofá junto a Harry, quien lo miraba con los ojos abiertos tratando de adivinar sus noticias.

- El hombre con el que estabas te ha ofrecido dinero - intentó el rizado, recibiendo una negativa por parte de su amigo.

- Mucho mejor.

Harry alzó sus cejas y arrugó su frente, trataba de hacer entender a Mitch que desvelara su secreto, demasiado cansado para juegos.

- Lo echaron del local - dijo triunfante, sus labios curvándose en una divertida sonrisa.

- ¿Lo echaron? - Mitch asintió.

El joven de pelo largo decidió levantarse y servirse un vaso de agua antes de continuar hablando, aproximándose al mueble del televisor donde reposaba una botella de cristal. Harry por su parte lo miraba insistente, deseando saber los detalles de la historia que Mitch se callaba, aumentando la intriga adrede.

- Estábamos en los baños - explicó por fin - Cuando vino un hombre enorme y lo cogió del brazo. No dijo ni una palabra, solo lo arrastró a través del local hasta la calle - dio un sorbo al vaso de agua bajo la divertida mirada de Harry, quien se acurrucaba contra el sofá arropado con una suave manta, sin dar crédito a lo que oía - Tendrías que haber visto las caras de todos, fue alucinante.

Una suave carcajada resonó por la habitación, y Harry la acompañó con una tímida risa que acabó siendo un ligero bostezo. Apoyó la cabeza en el respaldo del sofá y continuó escuchando las palabras de su amigo mientras poco a poco sus ojos se cerraban, acariciando con sus largos dedos el suave pelaje de la manta y dejándose invadir por la sensación de tranquilidad que desprendía ese pequeño gesto. No tardó en quedarse dormido, la voz de Mitch resonaba en lo más lejano a sus sueños, escabulléndose de vez en cuando entre ellos y volviendo a desaparecer, hasta que no volvió a escucharla.

El tacto de una mano en su hombro lo despertó cuando unos temerosos rayos de Sol comenzaron a entrar por el vidrio de las ventanas, reflejándose en los vasos de la mesilla de café y topándose con el color verde de sus ojos cuando los abrió lentamente, acostumbrándose a la dorada luz de la mañana. Mitch sonreía a su lado, tendiendo una taza de café y dirigiéndose a la cocina una vez el rizado la aceptó. Se incorporó y bostezó profundamente estirando sus brazos y tratando de no derramar el contenido de la taza, sus ojos se posaron en el reloj que colgaba de la blanca pared y que marcaba una hora demasiado temprana para su gusto.

- Son sólo las 7:03, ¿qué hago despierto...? - dijo más como un quejido que como una pregunta, pero recibiendo aún así una respuesta ilusionada de Mitch.

- Hoy hay un concierto benéfico en una cafetería del centro, no me digas que lo has olvidado - Harry dirigió su mirada hacia la preocupada expresión de su amigo, reprimiendo una sonrisa al ver el brillo estupefacto de sus ojos - ¡Harry!

- Perdón, perdón...- dijo levantando los brazos en señal de rendición - ¿Qué tal si me haces un poco de memoria?

Su voz sonó lo más dulce e inocente que pudo, acompañada de un leve aleteo de sus pestañas y un brillo demasiado suave como para que Mitch lo ignorara. Acabó soltando un suspiro cansado, dando por pérdida aquella pequeña batalla.

- En el concierto benéfico tocarán algunos artistas que están comenzando en la carrera. Por supuesto el objetivo principal es recaudar dinero, pero habrá gente importante, gente que podría ayudarte a darte a conocer, si les gustas lo suficiente...

Holding Your HandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora