Yoongi caminaba ligeramente delante de Jimin, su mano cálida sosteniendo la del menor con firmeza. Sentía la suavidad de su piel, pero también la leve tensión en sus dedos. Sabía que, a pesar de su actitud arrogante, Jimin siempre se sentía vulnerable en espacios cerrados como el metro.
-Vamos -dijo Yoongi, señalando las escaleras que descendían al subterráneo-. La estación está por allá.
El sonido de sus pasos resonaba en el silencio incómodo que a veces se formaba entre ellos. Mientras descendían, Yoongi no soltó la mano de Jimin. No quería que se sintiera solo ni un segundo.
Una vez en el subterráneo, se detuvieron frente al mapa del metro. Jimin lo observó, pero su mente estaba en otra parte, tal vez en la ansiedad que le producía el viaje o en los recuerdos de la última vez que tuvo que enfrentarse a la multitud.
-¿Por dónde debemos ir? -preguntó Jimin, su voz apenas un susurro.
-Estamos en la estación Rosas. Iremos a Satélite, luego a Coral, y finalmente tomaremos la línea Tres hasta Puentes. Bajaremos en la última estación -explicó Yoongi, con una seguridad que hizo que Jimin se sintiera un poco más tranquilo-. Vamos.
Al llegar al vagón, el espacio estaba abarrotado. Jimin tragó saliva al notar la cercanía de los cuerpos, el calor, el ruido. Sosteniéndose del tubo vertical, sentía la presión de las miradas ajenas. Yoongi, a su lado, se aferraba al tubo horizontal de arriba, observándolo con discreción.
El silencio entre ellos se rompió cuando un chico más grande se restregó contra Jimin, usando la excusa del apretado vagón para invadir su espacio. El cuerpo de Jimin se tensó y Yoongi lo notó de inmediato. Sin dudarlo, tomó el brazo del menor y lo jaló hacia sí, acercándolo hasta que quedaron frente a frente, casi tocándose.
-Puede sostenerse del tubo -dijo Yoongi al extraño, con un tono que no dejaba espacio para la discusión-. Así mi novio no le estorbará.
-Yoon... -Jimin se sonrojó profundamente, su corazón acelerado al escuchar la palabra "novio" salir de los labios de Yoongi.
-Sujétate bien -le susurró Yoongi, bajando su voz, más suave ahora.
Jimin miró el tubo sobre ellos, sus ojos grandes y llenos de duda.
-No puedo... -dijo Jimin, su voz teñida de vergüenza.
-Medimos casi lo mismo, Jimin. Eres de mi altura, o tal vez un poco más alto... -Yoongi intentó bromear, sin darse cuenta del verdadero problema.
-No es eso... -Jimin susurró, mirando el tubo lleno de manos. Había pequeños espacios, pero el asco que sentía al pensar en las bacterias lo paralizaba.
Yoongi observó cómo Jimin intentaba mantener el equilibrio, casi tambaleándose.
-Si no te conociera, diría que es solo una excusa para no ensuciarte... -Yoongi dijo con una pequeña sonrisa, entendiendo finalmente el motivo.
-Sí... -respondió Jimin, su sonrisa llena de reproche, sabiendo que Yoongi había dado en el clavo.
-Entonces... -Yoongi no terminó la frase porque Jimin, con un movimiento rápido, se abrazó a él, aferrándose como un koala a su madre. Yoongi sintió el calor del cuerpo de Jimin contra el suyo, y, en lugar de molestarse, sonrió. Se sentía protector, casi orgulloso de ser el refugio de Jimin.
-Así está mejor... -murmuró Yoongi, manteniéndose firme para que Jimin no se cayera mientras el tren avanzaba.
Jimin, por su parte, intentaba distraerse mirando por la ventana, sus ojos curiosos explorando las estaciones que pasaban.
-¿Qué tanto miras? ¿No habías viajado en metro antes? -preguntó Yoongi, divertido.
-La última vez fue dos días antes de comprar mi auto... cuando tenía dieciséis años -respondió Jimin, volviendo su mirada al mayor, sus ojos llenos de nostalgia.
-Bueno, no ha pasado tanto tiempo -Yoongi sonrió-. Yo lo usé hace una semana, cuando olvidé mi auto en casa.
-Es verdad... -Jimin dejó escapar una pequeña sonrisa, recordando la conversación que habían tenido.
El silencio se instaló entre ellos nuevamente, cómodo esta vez, mientras el tren avanzaba. De repente, en una estación popular, muchos pasajeros bajaron, dejando algunos asientos vacíos. Yoongi, sin pensarlo dos veces, tomó a Jimin de la mano y lo sentó en uno de los asientos que acababa de quedar libre.
-Yoongi... -Jimin intentó protestar, pero Yoongi lo empujó suavemente hacia el asiento.
-Me lastimaste la mano... -Jimin le mostró su muñeca, su voz sonando más sensible de lo que pretendía.
-Pobrecito... -dijo Yoongi con un tono sarcástico, pero sus ojos revelaban preocupación.
-No te importa mi bienestar... -Jimin desvió la mirada hacia la ventana, sintiéndose herido por las palabras de Yoongi.
-Déjame ver... -Yoongi tomó la mano de Jimin con cuidado, examinándola-. No es nada grave. En la próxima parada la revisaré con más calma.
El tren comenzó a moverse de nuevo, y Yoongi soltó suavemente la mano de Jimin, sentándose frente a él cuando otro pasajero bajó.
-¿Qué te pasa? -preguntó Yoongi, notando que Jimin evitaba mirarlo.
-Nada... -Jimin respondió, frotándose la muñeca, tratando de ocultar su molestia.
-Te enojaste, ¿verdad? -Yoongi intentó tomar su mano de nuevo, pero Jimin la retiró rápidamente.
El tren hizo una parada más, y dos chicas subieron, pero no encontraron lugar para sentarse. Yoongi notó la incomodidad en el rostro de Jimin y se inclinó hacia las chicas.
-Por favor, siéntense. Yo ya voy a bajar pronto -ofreció Yoongi con amabilidad.
-No, estoy bien, gracias -respondió la chica rubia, sonrojándose al notar lo guapo que era Yoongi.
-Nos sabemos ese cuento... -murmuró la otra chica, lanzando una mirada de celos.
-Lo digo en serio. Es mejor que se sienten antes de que alguien sin modales lo haga -sonrió Yoongi, antes de levantarse y caminar hacia la puerta.
Jimin, sintiendo un nudo en el estómago, se acercó a la pelirroja.
-Por favor, siéntese. Yo ya voy a bajar... -le dijo con gentileza, aunque su voz temblaba un poco.
-No, gracias -respondió fríamente la pelirroja.
-Está bien... -Jimin se apartó, pero la chica, sintiéndose molesta, lo interpeló de nuevo.
-¿No vas a insistir para que me siente? Eso haría alguien verdaderamente amable.
Jimin la miró fijamente, cansado de las expectativas de los demás.
-Si no quiere sentarse, no tiene que hacerlo. Alguien más lo hará, alguien que realmente lo necesite... -respondió con firmeza, antes de caminar hacia Yoongi y abrazarlo con fuerza.
-¿Qué te pasa? -preguntó Yoongi, sorprendido por el cambio repentino en Jimin.
-No hay lugar donde sostenerme... -murmuró Jimin, utilizando eso como excusa para seguir abrazado a Yoongi, buscando su calidez y protección.
-Ajá... -Yoongi miró alrededor, notando que, en realidad, sí había espacio para sostenerse-. ¿Soy tu tubo ahora?
-Tal vez... -respondió Jimin, sonriendo dulcemente, escondiendo su rostro en el pecho de Yoongi.
El sonido del timbre anunció la próxima estación, y las puertas se abrieron. Sin soltar a Jimin, Yoongi lo guió fuera del vagón, su corazón latiendo un poco más rápido de lo usual.
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CONSENTIDO | [Terminada]
Fanfiction-¿Cuanto cuestas? -Aaa... ¿Disculpa? -Quiero comprarte.... Jimin es ese chico que tiene todo lo que quiere, menos a ese chico que no se deja comprar con nada, pero yoongi quiere algo que Jimin tiene.