Capítulo 12

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Al final del colegio, el sol comenzaba a ocultarse y el bullicio de los estudiantes se disipaba. Jimin y Yoongi estaban en medio de un pequeño drama que había estallado después de un incidente con una botella de agua.

—Eres un tonto —dijo Jimin, sonriendo con picardía mientras miraba a Yoongi, quien estaba empapado de la cabeza a los pies.

—Tú eres el tonto... —respondió Yoongi, limpiando su playera con una mueca de incredulidad—. ¿Por qué me aventaste agua?

Jimin hizo un puchero, sus labios se fruncieron en un gesto que mezclaba culpa con travesura.

—No era para ti —dijo, cruzando los brazos y mirando hacia otro lado como si intentara evitar la culpa que se estaba acumulando en el aire—. Era para Jungkook, pero corrió y tú te atravesaste en medio del camino, y ese niño se escapó. Pero en casa me las va a pagar, ¡se lo aseguro!

—Y mientras tanto, yo aquí salí perjudicado... —murmuró Yoongi, aún secando la camiseta con un gesto resignado. Miró a Jimin con una mezcla de diversión y molestia.

—Lo siento —dijo Jimin, acercándose para intentar ayudar a Yoongi a secarse, pero este lo alejó con un movimiento despreocupado.

—Olvídalo —dijo Yoongi con un gesto de resignación—. Solo es agua. Toma tu mochila que está en el piso, vamos.

—¿No vas a quedarte a tu entrenamiento? —preguntó Jimin, todavía un poco desconcertado por la situación.

—Te iré a dejar a casa y después volveré al entrenamiento —explicó Yoongi, con un tono que combinaba paciencia con determinación.

—No, quiero verlo en su entrenamiento —dijo Jimin con firmeza, cruzando los brazos en un gesto que demostraba su decisión.

—Seokjin me pidió de favor que te dejara en casa, y después del entrenamiento tengo otro compromiso. No podré ir a dejarte después. Así que, en este breve tiempo, solo puedo dejarte y volver rápidamente... Así que no te quejes y vamos —dijo Yoongi, tomando el antebrazo de Jimin y comenzando a caminar hacia la salida con una ligera presión.

En el estacionamiento de la escuela, Yoongi empezó a buscar el auto de Jimin entre los vehículos estacionados, frunciendo el ceño con una mezcla de frustración y curiosidad.

—¿Dónde está tu auto? —preguntó Yoongi, soltando el antebrazo de Jimin y mirando alrededor con una expresión confundida.

—Parece que Jeon se llevó mi auto... —dijo Jimin, con una sonrisa traviesa que revelaba la verdad detrás de su travesura—. Por eso es que le iba a aventar el agua. Me quitó las llaves para ir con su novia... ¿Y ahora? —miró a Yoongi con un aire de inocencia fingida— Parece que me quedaré con usted en su entrenamiento...

Yoongi soltó una risa ahogada mientras sacudía la cabeza, aceptando que la situación se había complicado aún más de lo que había previsto. Con un suspiro, se volvió hacia Jimin.

—Bien... —suspiró Yoongi, mirando a Jimin con una mezcla de exasperación y resignación. Se volvió hacia el menor, quien parecía estar en pleno estado de pánico—. No traje tampoco mi auto, así que... —Yoongi tomó la mano de Jimin con firmeza—. Iremos en autobús.

—¡¿QUÉ?! —Jimin se alarmó, sus ojos se abrieron como platos y sus brazos comenzaron a agitarse frenéticamente—. ¡NO, ME VOY A ENFERMAR!

—Por favor, no exageres —dijo Yoongi, tirando suavemente del menor hacia la parada de autobús mientras Jimin intentaba zafarse de su agarre.

—¡AYUDA, ME QUIERE SECUESTRAR! —gritó Jimin con un tono dramático, su voz resonando en el estacionamiento casi vacío. Las sombras largas del atardecer parecían envolverlos, haciendo que su grito sonara aún más desesperado.

—Aunque grites, nadie te va a escuchar —respondió Yoongi con calma, mientras avanzaba decidido—. El estacionamiento está casi vacío.

—¡AYUDA! —Jimin continuó, pero su grito se diluyó en el silencio del lugar.

—¡Park! —Yoongi se detuvo en seco, girándose para enfrentar a Jimin con una expresión dura. Lo tomó por los hombros de manera brusca, como si tratara de sacudirlo de su histeria—. Si me llevan a la cárcel por tus exageraciones, nos iremos los dos juntos... así que deja de gritar y de hacer un escándalo por nada, ¿oíste? —El tono de Yoongi era firme, casi como un regaño que hacía que Jimin asintiera nervioso, la ansiedad evidente en su rostro—. Bien, entonces caminarás conmigo hasta el estacionamiento...

Ambos chicos avanzaron hasta el estacionamiento, Jimin parecía más calmado pero aún con un aire de dramatismo mientras Yoongi lo sostenía del antebrazo. Finalmente llegaron a la estación del autobús y se sentaron a esperar. El suelo de la estación estaba cubierto de hojas secas que crujían bajo sus pies y el viento soplaba ocasionalmente, creando una atmósfera de desolación que acentuaba el drama de Jimin.

Pasaron dos autobuses, pero Jimin y Yoongi no se subieron a ninguno de ellos. Jimin seguía haciendo gestos exagerados y murmurando quejas mientras Yoongi mantenía una paciencia inquebrantable.

—Si dejamos ir esos autobuses... nunca llegaremos a casa —dijo Jimin con seriedad, observando cómo los vehículos se alejaban.

—Si nos hubiéramos subido a esos autobuses nunca hubiéramos llegado a tu casa... —replicó Yoongi, con una expresión de resignación exagerada.

—Da igual, todos los autobuses van al mismo lugar —dijo Jimin, aunque su tono no dejaba de ser un poco irónico.

—No todos... —Yoongi señaló un mapa que estaba en una de las vitrinas de anuncios con una actitud de experto—. Pasaron la ruta cuatro y tres. Nosotros debemos tomar la seis y bajarnos en la parada rosa —señaló el mapa con un dedo tembloroso—. Después abordaremos la ruta seis y finalmente bajamos en la ruta amarilla que intercepta con la verde. De ahí tomamos la ruta dos y bajamos en la última parada. Caminaremos doce cuadras hasta la seis sur y doce oeste, luego caminaremos dos cuadras más al noroeste hasta la calle tres de la privada donde vives. Entramos a la zona residencial y, ahora sí, finalmente llegaremos hasta tu casa...

—Eso suena cansado... —dijo Jimin, con una expresión agotada que hacía que pareciera que acababa de correr un maratón.

—Lo va a ser... —confirmó Yoongi, mientras miraba al menor con una mezcla de comprensión y cansancio.

—¿Y vas a tomar el mismo camino? —preguntó Jimin, tratando de encontrar una manera de escapar de su situación desesperada.

—No, yo iré a mi casa y tomaré mi carro para venir hasta acá... —explicó Yoongi con una sonrisa irónica.

—¿Por qué es más largo en autobús? —preguntó Jimin, intentando comprender la lógica detrás de la decisión de Yoongi.

—Porque son muchos transbordos y mucha caminata, mientras que en auto es más directo y no tienes que hacer paradas continuas —Yoongi lo miró con una expresión que combinaba paciencia y un toque de diversión.

—Mejor tomemos el autobús que nos lleve hasta mi casa... —dijo Jimin con un tono que mezclaba desesperación y resignación.

—¿No viajas en camión, verdad? —preguntó Yoongi, con una ceja levantada.

Jimin miró a Yoongi con una mezcla de derrota y aceptación, sabiendo que al final no tenía otra opción más que seguir adelante. Con un suspiro dramático, ambos se prepararon para enfrentar la espera del autobús con el drama añadido de Jimin, cuya actitud exagerada hacía que la situación pareciera aún más caótica.

CONSENTIDO | [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora