Tn giró, observando al chico que acababa de entrar a la tienda.
– Bienvenido –sonrió.
Chifuyu se sonrojó, quedando algo congelado, hasta que el gato le rasguñó la mano.
– Ouch –se quejó, haciendo una mueca adolorido.– Ahm –miró a la chica.– H-Hola –saludó.
– ¿Puedo ayudarte en algo? –preguntó amablemente.
– T-Traje a Excalibur –se acercó al mostrador.– Lo encontré anoche y...tiene una cicatriz.
– Oh, necesitas que lo revisen –él asintió.– Está bien. Déjame llamar a mi padre, él sabrá qué hacer. No tardo.
La joven salió de detrás del mostrador y se dirigió hacia la parte trasera, en busca de su padre. Mientras, el rubio la observó hasta perderla de vista y luego miró su alrededor.
Las paredes eran blancas y tenían colgando de las paredes algunos collares y correas, carteles que indicaban datos importantes para el cuidado animal, estantes con comida para animales domésticos, otro con elementos sanitarios como arena de gatos o aserrín para aves, otra estantería tenía juguetes de todo tipo, y otra exhibía bolsos para llevar a las mascotas, jaulas y algunos accesorios para su cuidado. El mostrador era de madera, tenía sobre él algunos folletos, volantes con el nombre de la tienda e información de contacto, un pequeño mostrador con chapas para collares y unos recipientes con dulces para animales; en la pared tras él había una estantería con matapulgas, shampoos para animales y algunas medicinas, y a un lado una fotografía en blanco y negro de la inauguración de la tienda.
– ¡Lamento la tardanza! –dijo la voz de la chica.
Chifuyu salió de sus pensamientos y giró la cabeza, mirándola; tras ella venía un hombre de rostro amable y que vestía una bata blanca sobre su ropa.
– Buenos días, bienvenido –saludó aquel.– Mi hija dice que encontraste un gato y tiene una herida.
– A-Ah, sí –asintió.– En su cabeza.
– Sígueme, lo revisaré.
El chico asintió y siguió a aquel hombre hacia la parte trasera, entrando a una sala en donde había una especie de camilla bastante alta, con un mueble con medicamentos detrás, y a un lado un escritorio con una computadora. A lo lejos se oía el ladrido de un perro y sonidos de salpicaduras, dando a entender que lo estaban bañando.
– Ponlo aquí –indicó, señalando la camilla.
El rubio asintió y dejó a su gato sobre aquel mueble. El hombre tomó las gafas que colgaban de su cuello gracias a una correa, se las colocó y tomó la cabeza del animal con cuidado, para revisar la cicatriz que tenía.
– Es una cicatriz grande.
– ¿Está bien?
– Claro, ya está cerrada casi por completo –lo miró.– Dijiste que lo encontraste, ¿No?
– Estaba en una caja detrás del edificio donde vivo, solo y empapado. No pude dejarlo solo.
– Eres un buen chico –sonrió.– La cicatriz terminará de cerrar pronto y el pelaje lo cubrirá, no debes preocuparte.
– Menos mal.
El hombre revisó un poco más al pequeño felino, asegurándose de que esté bien de salud.
– Es un gato saludable –volvió a mirar al chico.– Pero debes vacunarlo y desparasitarlo si quieres mantener esa salud.
– Claro –asintió.
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Ukiyo 🐱 Chifuyu Matsuno
Fanfiction❝Ukiyo: "el mundo flotante". Se refiere a vivir el momento y alejarse de todas las preocupaciones de la vida.❞ Tn Aihara es una joven estudiante, ayuda a veces en la veterinaria de su familia. Amable e inteligente. Le gustan los animales, tiene un p...