Epílogo

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Nunca dejé que ese diario se quemase. Cada vez que pienso que no puedo seguir adelante, lo cojo y leo las últimas palabras.

...morir de su lado.

Caroline siempre deseó eso, y después de que ella y mi padre muriesen juntos, supe que habían cumplido su prometido en la vida. Mi hermano Michael cuidó de mí, pero aún así no pudo evitar que nos separasen y nos enviasen a cada uno a una familia distinta.

Hoy tengo una entrevista de trabajo.

Miro de nuevo el diario.

Si ella consiguió que su vida tuviese un sentido en este mundo, yo también.

Te quiero Caroline.

Te quiero mamá.

Te quiero papá.

Nunca he querido a nadie más en este mundo.

Cartas en la CárcelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora