Cartas en la Cárcel

Día doce.

"14.9.2019.

Cris y Michael han crecido mucho. Michael ya ha empezado la secundaria y Cris está ya en tercero de primaria. Siempre les hablo de ti como el estupendo padre que dio su libertad por sus hijos. Mañana iremos a verte. Michael está convencido de hacerse el mismo tatuaje que tú, eres un héroe para él.

Cris quiere llevarte su peluche del león Daniel. Están muy entusiasmados".

Dejé el cuaderno y apagué la luz, mañana sería un gran día.

Ya eran las 10:30, hora de entrar a visitarle. Michael apretaba mi mano mientras pasaba la otra por su cabello teñido de marrón oscuro. Dijo que le recordaba a su padre. Cris no dejaba de peinar su león para que estuviese perfecto. Eche un mechón de su cabellera rubia detrás de su oreja.

Cuando abrieron las puertas, Cris y Michael salieron corriendo a abrazarle. Que imagen más bonita...

Papa! Dijeron mientras se abrazaban.

Me acerqué y le saludé discretamente mientras me sonreía y nos sentabamos en una mesa.

Chicos...como habéis crecido...¿que tal? Dijo.

Cris y Michael le contaron todo lo que pasaron en el colegio y en el campamento al que habían ido el verano pasado. Michael le contó lo de su tatuaje.

No deberías pensar tatuarte desde tan joven Michael. Dijo él riendo. Pero, ¿como sabes que tengo ese tatuaje?

Michael me miró.

Mamá me lo dijo.

¿Qué? ¿Cómo mamá? Dijo confuso.

Ellos ya sabían que su madre estaba muerta. Él se lo había dejado muy claro para que no sufriesen traumas más adelante.

Sí, mamá, ella. Dijo señalandome.

Me quedé en blanco, ya que él me miraba confuso.

Desde que mamá no está...ella es la única persona que está a nuestro lado, es nuestra madre. Dijo Michael.

Me sonroje, aquello era muy tierno.

Ella es la mejor mamá del mundo, y nos contó que estás aquí para que nosotros seamos felices, eres nuestro héroe. Dijo Cris.

Él me miraba impresionado. No esperaba que los pequeños fuesen a decir eso.

Vuestra madre es increíble. Dijo él sonriendome.

Hermosa sonrisa.