"Quizás, cuando hablemos del día en el que nos conocimos, tú estés algo equivocado.
Puede que cuentes una historia romantica, o simple. Algo realista, o concreto. ¿Quién sabe?
Pero, seguramente no hables del 16 de Septiembre.
Yo esperaba sentada, a que la clase acabara. No sabía que iba a hacer en el descanso. ¿Leer? Mierda, me había olvidado el libro en casa. Bueno, tenía la opción de no hacer nada y quedarme sentada ahí, esperando a que las clases terminaran.
Habíamos llegado dos horas antes, y, tal y como nos acababan de comunicar, nos quedaríamos dos horas más después del descanso.
Me senté sola y esperé a que volviese a empezar la clase.
Mis auriculares esbozaban notas de violín a un volumen moderado, y, concentrada en identificar cada acorde, no me di cuenta de la presencia de alguien más en la sala".
Escribí en mí libreta una vez más. Cada día le dedicaba media hora a ello. Solo para él.
Quería que, algún día, él lo leyese. Pero algo me decía que no sería así.
Me levanté y caminé a la cocina.
3:46 a.m.
Se me hacía tarde, pero no dormía.
Mañana se haría un año, un año desde que lo vi por primera vez.
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Cartas en la Cárcel
RomansaLlevo años esperando tu respuesta, pero me demuestras que tu moneda de cambio es la indiferencia. Muchas veces pedí tu silencio, y cuando me lo diste, comprendí de que manera me equivocaba. "Tú estabas sentado en tu sitio, al fondo, tan perfecto co...