7.

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Los segundos en el reloj digital sobre la mesa del maestro tenían sus nervios a flor de piel.

Quedaban diez minutos para que su última clase terminara, y en lo único que podía pensar era en que estaría a solas con Minho en la biblioteca porque todos se iban a sus casas después de esa hora.

Sabía que Chan estaría por ahí hasta las seis o siete de la tarde, así que no se preocupaba tanto por el echo del miedo que le causaba quedarse con alguien cercano a Yeonjun. Estaba nervioso porque esa actitud arrogante y coqueta del mayor lo tenía cansado al punto de que le fastidiaba hasta su sonrisa.

Tenía miedo a perder la cordura si volvía a tenerlo tan cerca como acostumbraba a ponerse para molestarlo, sabía que no le iría bien si hacía algo pues era consciente al cien por ciento de su cercanía a los mayores y que podía acabar peor.

Así que cuando la campana resonó por todo el recinto, su piel se erizó y tomó una gran bocanada de aire antes de comenzar a recoger sus cosas y caminar fuera del salón.

Quedándose congelado cuando lo vio afirmado en la baranda del pasillo mirándolo fijamente como un animal salvaje observa a su presa.

Se acercó sin decir palabra, en ningún momento rompiendo el contacto visual, sin embargo, estaba al tanto de que todos los que pasaban por ahí les habían echado el ojo encima al verlos juntos.

—¿Vamos?— Preguntó el más alto de pronto.

Jisung se limitó a asentir, yendo por detrás del mayor quien caminaba con las manos en los bolsillos despreocupado completamente en camino a la biblioteca, abriendo la puerta una vez estuvieron ahí notando como ni siquiera la mujer encargada se encontraba en su escritorio.

No había nadie.

Se sentaron en una de las mesas quedando uno frente al otro, el rubio dejando su cuaderno junto a su libro encima de la madera, abriendo luego su carpeta donde tenía las guías que no había podido completar por su falta de comprensión.

—Está todo mal— Comentó.

—Así veo... ¿siquiera pones atención?— Dijo en tono de burla.

—Si se va a estar burlando entonces no creo que valga la pena que me ayude

—Tranquilo, era un chiste— Defendió aún com una sonrisa en su rostro.

—No me dio risa

Y Minho volvió a dejar escapar otra carcajada antes de seguir observando las hojas.

—Bien, señor no risas— Molestó—, estás haciendo mal la multiplicación, el valor que debes usar es uno, no cero

—Pero la letra no tiene nada

—Por eso, si no hay nada, entonces es uno— Corrigió marcando en una de las guías—, además de que te estás olvidando de los negativos, debes agregar el signo, hazlo

Acató la indicación y volvió a intentar resolver el ejercicio rápidamente, entregándoselo luego a Minho cuando acabó.

—¿Está bien?

—No— Confirmó, aguantando la risa cuando vio la cara de decepción del menor—, Jisung, cuando multiplicas un negativo con un positivo, el menos de mantiene

—Oh, cierto

Así estuvieron entonces, haciendo ejercicios y el más alto revisándolos, ayudando cuando era necesario y odiándose cuando pensó que era ridículamente adorable que Jisung se pusiera anteojos para utilizar la calculadora.

Odiaba que fuera tan tierno pese a ser algo temperamental, quizás si fuese un poco más amigable habría aprovechado para follarlo en la misma mesa de la biblioteca sacándole ventaja a que no había nadie ahí dentro.

Virgin | Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora