Jisung no salía de su cuarto.
Su madre le había puesto seguro a su ventana, iban a la iglesia por la mañana y una vez de vuelta a su casa, volvía a encerrarlo en su habitación.
De todas formas ni siquiera sentía hambre.
Lo único que hacía era abrazar sus piernas tirado en el piso con las luces apagadas y las cortinas cerradas. La mujer no lo envió a la escuela en toda la semana y dudaba si saldría de ahí para algo que no fuese ir a orar.
Las duchas con fuertes refregadas en su cuerpo no se habían detenido ni un solo día.
Ni siquiera lo dejaba pasar la tarde con su abuelita, ella estaba tan delicada de salud y Jisung no había parado de hacer heridas en sus brazos para evitar pensar en aquel dolor.
No podía comunicarse con nadie, ni siquiera Felix, y era imposible que él fuese a su casa y lo sacara de aquel infierno porque no tenía como enterarse de lo que había ocurrido. Ella justificó sus faltas con la enfermedad de su abuela, y sabía que su mejor amigo no querría molestarlo si era esa la razón de su inasistencia.
—Levántate, iremos al hospital— Ordenó su madre abriendo la puerta de golpe.
Ayudó a la mujer para llevar a su abuelita hasta el auto, doliéndole de manera profunda cuando ella lo observó completamente preocupada por los hematomas que tenía en su rostro y rasguños en el cuello. Le sonrió intentado que quitara aquella expresión, y en todo el camino ella tomó la mano de su nieto ya que ambos iban sentados en la parte trasera del vehículo.
Jisung colocó su máximo esfuerzo en ignorar el nudo en su garganta que el acto provocó y parpadeaba rápidamente para evitar que sus ojitos siguieran cristalizándose.
Cuando llegaron al hospital, realizaron el mismo procedimiento de siempre, con cuidado ayudaron a la mujer mayor a acomodarse en la camilla y conversaron con el doctor a cargo para estar claros con la cirugía que aplicarían en esta ocasión.
—Hija— Le habló a la madre de Jisung entonces— ¿Puedes traerme un poco de té? Siento seca la garganta
Ella solo asintió con su rostro neutro, dándole una mirada filosa a Jisung como advirtiéndole que no intentara algo, quien estaba en una silla al lado de su abuelita aún sujetando su mano, para luego salir de la habitación.
—Jisung-ie— Susurró de pronto—, por favor... ve con tu padre
—¿Huh?— Se descolocó totalmente, alzando la vista con esos ojos enrojecidos y ojeras marcadas.
—Mira como estás, cariño, yo me iré pronto, ¿y tú? ¿Te quedarás con ella aguantando hasta que no puedas más? Me aterra que cometas alguna tontería
—N-No... no entiendo
—Sé lo que ocurrió, tu mamá solo me dijo... muchas cosas desagradables como si todo fuese tu culpa, pero tú sabes que no es así— La mandíbula del rubio tembló sin poder evitarlo, una lágrima cayendo por su mejilla de forma inmediata—. Lo sabes, ¿verdad? Ese chico te ama, y tú lo amas a él, incluso yo lo conozco, eres tan feliz estando a su lado... Sé como es tu padre y jamás se le pasaría por la cabeza siquiera levantarte la voz
—Me da miedo... n-no lo defendí ante ella, simplemente dejé que se fuera
—Estoy segura de que lo entenderá, debe estar muy preocupado
—No quiero dejarla, no ahora que está aquí en el hospital otra vez y tendrá otra cirugía, ¿y si le pasa algo, abuelita? Yo quiero estar con usted
—Hagamos algo, ¿sí?— Ella intentó enderezarse en su lugar, tomando una servilleta y escribiendo con un marcador que estaba en la mesa a su lado— Esta es la clínica donde trabaja tu padre. Jisung-ie, si algo me pasa en la cirugía, lo único que te pido, es que te vayas con tu papá y busques al chico guapo, hazlo por mí

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Virgin | Minsung
Hayran KurguAh, otra historia cliché donde el chico inocente se enamora de la persona que le hace la vida imposible. Bueno, algo así. • Historia original • Contenido adulto • Minho; top, Jisung; bottom • Mención de otros shipps • Detalles explicados en la intro...