Virgin | Minsung

28.

No podía moverse.

Debía volver a la escuela, había estado faltando por casi un mes completo, la ansiedad comenzaba a consumirlo porque su cabeza le repetía constantemente que todos lo estarían viendo. Cada movimiento, cada palabra que saliera de su boca, tendría ojos encima juzgándolo y estando pendientes de él.

Se quedó parado en la esquina a una calle del establecimiento, no se atrevía a seguir avanzando.

—Toma mi mano, ¿sí? Nada malo va a pasar

—U-Usted no sabe eso... a nadie le agrado, ¿y si su grupo de amigos está ahí? ¿Qué van a decir si nos ven tomados de la mano? No puedo, Hyung... no puedo

—Sí puedes, no les prestes atención. Si alguien te mira probablemente sea solo porque estuviste desaparecido este tiempo— Tomó su rostro entre sus manos, doliéndole en el pecho la expresión asustada del menor a la par que su cuerpo temblaba y su respiración se desnivelaba—. Nadie te odia, Jisung, tú mismo lo dijiste, no te relacionas con muchas personas, quizás ni siquiera notaron que faltaste

—Puede... ¿puede ir a dejarme a mi salón? S-Si no es moles-

—Por supuesto que puedo, iba a hacerlo de todas formas, bonito

Dejó un pequeño beso en su mejilla, volviendo a extenderle su mano y el rubio finalmente entrelazó sus dedos, aferrándose fuertemente al brazo Minho.

Muchas personas voltearon a verlos, pero Jisung no lo notaba del todo porque no podía despegar su mirada del piso, no se atrevía a ver las caras de los estudiantes. Llamaban la atención, eso lo tenían más que claro, a pesar de haberlos visto juntos antes de las faltas del menor, que estuviesen tomados de la mano era otra historia.

Cuando llegaron a la puerta de su salón, Minho hizo que se separaran para tomarlo de ambas articulaciones, quedando frente a frente.

—Vendré a buscarte, ¿de acuerdo? Envíame un mensaje si no te sientes bien

Jisung asintió, el mayor finalmente soltándolo y dejando que entrase a su aula, la campana sonando justo cuando lo vio desaparecer por la puerta.

Se dio media vuelta para caminar a su propia clase, extrañándose cuando ninguno de sus "amigos" siquiera le devolvió la mirada, pero siendo honesto, era un alivio para él que por fin tomaran su distancia por lo que no le importó demasiado.

Tomó asiento en un pupitre apartado que daba a la ventana hacia el patio de la escuela, el maestro haciéndose paso unos cortos minutos después.

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—Papá vendrá a justificar mis faltas— Mencionó de pronto.

Pasaban su receso en la biblioteca, Jisung terminaba algunas tareas para recibir puntos extra y a la vez estudiaba para recuperar los exámenes que le quedaron pendientes. No perdió tiempo para comenzar a ponerse al día, jamás se arriesgaría a perder su perfecto promedio que tantos años llevaba manteniendo.

—Tú... ¿no sabes si tu mamá vino a preguntar por ti?— Preguntó Minho con algo de miedo, sabía que era un tema sensible para el menor.

—Ella llamó el día que mi abuelita falleció para notificar acerca del luto... supongo que no volvieron a preguntar. Papá dijo que iba a encargarse de los papeles para pasar a ser mi tutor a cargo ante la escuela

—Me alegra mucho oír eso, ¿han hablado respecto a que te estás quedando conmigo?

—Sí... dijo que iba a pagarle por mi estadía, aunque apenas y gasto algo, ¿no? Ni siquiera como